AMERICA/MEXICO - “Son siempre los pobres quienes pagan el precio de la corrupción de los políticos” denuncian los obispos

miércoles, 18 febrero 2015

Ciudad de México (Agencia Fides) – “Todos somos tentados de corrupción, ha recordado el Papa Francisco, quien señala que son siempre los pobres quienes pagan el precio de la corrupción de los políticos, de los empresarios y de los eclesiásticos que descuidan su deber pastoral . Lo pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen remedio, los niños sin educación (...). Cuando hay corrupción, también el pobre corre el riesgo de perder los valores, porque se le imponen costumbres, leyes, que son contrarias a los valores”. Son las palabras con las que inicia el documento publicado ayer por la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) con el título “Alto a los corruptos!”, y que hemos recibido en la Agencia Fides.
Los obispos de México expresan con palabras duras su preocupación por la situación del país: “Hace cinco años, ya afirmábamos en un mensaje que la corrupción es una forma de violencia que, al inocularse en las estructuras de servicio público, se transforma en delincuencia organizada, ya que de manera descarada se impone 'la mordida' como condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito”.
E documento de los obispos sugiere una solución: “Para hacer frente a este gravísimo mal se requieren múltiples acciones conjuntas. Entre ellas, la reforma de leyes y la creación de instituciones que, de forma integral, coordinada y en tiempo real, prevengan, identifiquen, investiguen y modifiquen situaciones o condiciones que propicien la corrupción; sancionen oportunamente a los corruptos y hagan realidad el resarcimiento de los daños causados”.
El texto termina con un llamamiento a las autoridades: “Haciéndonos eco de las inquietudes de nuestro pueblo, pedimos a los legisladores, a los diversos órdenes de gobierno y a los partidos políticos un decidido y eficaz compromiso en la lucha contra la corrupción, que provoca innumerables males y pone en riesgo la confianza, valor fundamental para una convivencia pacífica y para el progreso. La gravedad del problema exige soluciones de fondo e inmediatas y no “maquillajes” que ya no engañan a nadie y sólo exacerban los ánimos”. (CE) (Agencia Fides, 18/02/2015)


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