AFRICA/NIGER - Según un misionero “en Niger se nota el crecimiento de un sentimiento anticristiano”

martes, 10 febrero 2015

Niamey (Agencia Fides) - “Hace tiempo que se sabia que la ciudad de Diffa estaba en la mira de Boko Haram. Por lo que no llega por sorpresa el ataque ocurrido ayer. Sin embargo hay que reflexionar sobre el momento del ataque: porque ha ocurrido justo antes de que se reunirá la Asamblea Nacional para decidir sobre la participación de las tropas del Níger en las operaciones contra Boko Haram en Nigeria. Lo que deja perplejos a muchos observadores locales”, dice el padre Mauro Armanino, misionero de la Sociedad de las Misiones Africanas (SMA), que vive y trabaja en Níger. La ciudad de Diffa, situada 1.400 kilometros de Niamey, ha sido atacada por militantes de Boko Haram de la vecina Nigeria. Ante el asalto de Boko Haram, el Parlamento de Niamey ha dado luz verde a la participación de las tropas nigerianas en la Task Force creada por Nigeria, Camerún, Chad y Benin para luchar contra la secta islamista.
“Se sabe que muchas personas están huyendo de Diffa para dirigirse a Zinder y presumiblemente desde allí ir a la capital, Niamey” refiere el p. Mauro. “De hecho, está creciendo la preocupación de la gente”, dice el misionero. “Los ataques de Boko Haram incrementan un sentimiento de creciente impaciencia hacia la presencia de todo lo que no sea alguna forma de Islam”. “En Níger - explica el p. Mauro – el Islam, que antes estaba basado en el sufismo, ante esta situación social explosiva, debido a los miles de jóvenes sin futuro (Niamey tiene ahora al menos 2 millones de habitantes), se ve afectada por la predicación de los que tienen una visión extremista de la religión”.
Esto lo han sufrido recientemente las iglesias cristianas atacadas (véase Fides 21/01/2015).
“Los disturbios del 16 y 17 de enero, que causaron la destrucción de varias iglesias y misiones católicas no eran una novedad, porque ya en 2012 se habían producido incidentes similares en Maradi y Zinder”, señala el p. Mauro. “La verdadera novedad ha sido la entidad de los disturbios y la furia con que la multitud actuó. Signo de un creciente sentimiento anti-cristiano, del que no se puede tener una perspectiva exacta”.
El p. Mauro concluye diciendo que “los líderes de la Iglesia han hecho notar a los vértices del estado que los cristianos, de alguna manera, han sido 'sacrificados' en el altar de los intereses de la política: es imposible que durante todas esas horas en las que se quemaban las iglesias, no haya habido una sola intervención de los bomberos”. (L.M.) (Agencia Fides 10/2/2015)


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