EUROPA/ITALIA - CONTINÚAN USÁNDOSE CONTRA LA MALARIA FÁRMACOS INEFICACES A LOS QUE LA ENFERMEDAD SE HA HECHO YA RESISTENTE

martes, 1 julio 2003

Roma (Agencia Fides) – “Muchas personas en África y Asia siguen muriendo por una enfermedad curable: la malaria. Además existe una terapia: ignorarla, olvidarla o hacer como que no existe es un escándalo, un crimen” dice Enrico Davoli, Director General de “Médicos Sin Fronteras” Italia, con motivo del Convenio sobre la malaria promovido junto con el Ministro de Sanidad y el Instituto Superior de Sanidad de Roma. Cada 30 segundos muere un niño africano por malaria: la comunidad internacional no puede olvidar un problema de estas dimensiones.
MSF reafirma la urgencia de un compromiso concreto por parte de la comunidad internacional junto con África, en la actualización de las líneas guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento de la malaria. “ En sus proyectos Médicos Sin Fronteras está usando los nuevos fármacos. Los pacientes afectados por la malaria encuentran grandes ventajas en este tratamiento. Se curan antes y de forma completa –añade Christa Hook responsable de los proyectos de malaria de MSF – Los gobiernos africanos están buscando desesperadamente apoyo por parte de los países donadores, para conseguir que estos tratamientos estén disponibles a todos los ciudadanos”.
La OMS ya en el 2001 recomendaba la introducción de los nuevos tratamientos “combinados” a base de derivados de artemisa en las zonas con elevada resistencia a los fármacos antiguos (cloroquina). El “artemisin-based combination therapy” (ACT) es particularmente eficaz actúa mas rápidamente, es potente, bien tolerado y complementario con otra clase de tratamientos.
La actuación efectiva de las nuevas recomendaciones sobre la malaria es una cuestión de vida o muerte en África donde la malaria provoca la muerte de entre 1 y 2 millones de personas al año y es la causa del 30-50% de las hospitalizaciones. Un flagelo que se estima provoca una perdida anual de 12 millares de dólares en el continente africano.
El programa de erradicación de la malaria lanzado por la OMS en los años 50 intentaba hacer desaparecer la enfermedad por medio del control de los vectores y tratamientos efectivos. Esta estrategia trajo resultados satisfactorios a algunas zonas de Asia y en Norteamérica y Europa. Pero no tuvo ningún efecto en África subsahariana. En 1969 se decidió plantear un objetivo menos ambicioso: controlar la enfermedad por medio de la terapia. En aquella época la terapia era a base de cloroquina. Esta compaña consiguió al menos el resultado de reducir las tasa de mortalidad hasta principios de los años 80. Desde el inicio de los años 80 sin embargo, la situación ha ido empeorando. Entre 1982 y 1997 el número medio de casos de malaria registrados cada año se ha cuadruplicado con respecto a las tasas registradas entre 1962 y 1981. Las tasas de mortalidad ha aumentado dramáticamente. Y esto porque se continúa usando fármacos ineficaces a los que la enfermedad se ha hecho resistente: todo ello está llevando a un continuo aumento de fallos en la terapia. Los expertos mundiales recomiendan pasar de las viejas terapias a base de un sólo fármaco a tratamientos combinados a base de artemisia pero la falta de recursos impide a los países africanos la suministración fármacos más adecuados: con frecuencia se ven obligados a pasar a combinaciones mas económicas pero menos eficaces. (AP) (Agencia Fides 1/7/2003 Líneas: 44 Palabras: 557)


Compartir: