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Kinshasa (Agencia Fides) - “En el territorio de Beni, que pertenece a la provincia de Kivu del Norte, este de la República Democrática del Congo, la situación de extrema inseguridad es cada vez más dramática e intolerable: más de 250 personas han muerto y 88.500 han sido desplazadas sólo en los últimos dos meses. ¿Quiénes son los responsables de estas atrocidades? Es difícil de decir”, se lee en una nota enviada a la Agencia Fides por la “Red Paz para el Congo”.
“Las autoridades civiles y militares locales y la sociedad civil de Kivu del Norte atribuyen la violencia a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo armado de origen ugandés. Pero en investigaciones recientes se muestran nuevas evidencias inquietantes”, continúa el comunicado.
Según la Red Paz para el Congo, que cita algunos informes de los observadores locales, en Kivu del Norte están presentes, además del ADF, otros grupos armados, entre ellos elementos del antiguo M23, el movimiento rebelde que depuso formalmente las armas en diciembre 2013 (véase Fides 13/12/2013), pero, como se indica en la nota, “sus ex combatientes, que huyeron a Ruanda y Uganda después de su derrota en el mes de noviembre de 2013, continúan mostrando su descontento con el gobierno congoleño, acusándolo de no cumplir con los compromisos de las declaraciones de Nairobi, firmadas el 12 de diciembre de 2013”. Entre los grupos que operan en el territorio de Beni, existe uno dirigido por Mbusa Nyamwisi, “miembro de la delegación del M23 en las negociaciones entre el M23 y el gobierno congoleño en Kampala (Uganda)”, afirma la nota.
“Si el ADF es sospechoso de ser el principal responsable de las masacres, sería inútil, si no perjudicial, el poner toda la responsabilidad sobre ellos”, dice el documento. “Tal vez alguien está interesado en fomentar, bajo el nombre de ADF, la inseguridad y las masacres, y luego presentarse como el único capaz de restablecer el orden”, especialmente desde que un informe elaborado por doce miembros de la mayoría y de la oposición plantease serios interrogantes sobre la labor de las fuerzas de seguridad locales, que en muchos casos no han actuado para detener las masacres.
Por lo tanto, una nueva guerra podría estar gestándose, pero esta vez, no desde Goma (en el sur de Kivu del Norte), sino en Beni (en el norte de Kivu del Norte), pero siempre bajo el impulso de las mismas fuerzas políticas, militares y étnicas con el apoyo de algunos países vecinos. La evolución de la situación podrá confirmarlo o negarlo”, concluye el comunicado, pidiendo la creación de más comisiones parlamentarias de investigación sobre la situación en la región. (L.M.) (Agencia Fides 16/12/2014)
