ASIA/TAILANDIA - Las “Casa de la Esperanza” para los niños abandonados y de los tugurios

miércoles, 10 diciembre 2014

Pathum thani (Agencia Fides) – El padre Adriano Pelosin, misionero del PIME que vive desde hace 36 años en Tailandia, hace ya dos que se encuentra en la iglesia de San Marco en Pathum Thani. En una carta enviada a la Agencia Fides nos cuenta el trabajo realizado en las Casas de la Esperanza en las que se ayuda a los niños abandonados y de los barrios bajos, además de a los ancianos.
“Aquí en Pathum Thani - escribe el p. Adriano - con la ayuda de dos religiosas, tres laicos y, a menudo con varios voluntarios, trabajamos en cuatro barrios marginales: Wat Sake, Lat Lum Kew, Wat Kok, Wat Prai Fa. Todas las personas de estas comunidades son de religión budista. En Wat Lat y en Lum Kew Sake hemos reconstruido o reparadas 17 viviendas dañadas por la inundación de hace dos años o que estaban abandonadas. En Wat Sake, cada mañana, damos el desayuno a 163 niños de guardería y de primaria. En Lat Lum Kew, una vez a la semana, damos una comida caliente a unas 30 personas ancianas. Con frecuencia visitamos ancianos abandonados y a sus hijos en la cárcel por tráfico de drogas, robo o violencia física. Además, en las dos comunidades leemos la Palabra de Dios, junto con una docena de personas, en su mayoría ancianos. Pronto vamos a comenzar esta importante actividad en Wat Kok y Wat Prai Fa. En Wat Sake el Arzobispo de Bangkok ha inaugurado la Casa de la Misericordia, un pequeño centro de ayuda que se encuentra en el terreno de propiedad del monasterio budista adyacente. El abad estos días está en el hospital, gravemente enfermo. Voy a visitarlo a menudo, rezo por él y él suplica bendiciones para mí y para nuestro trabajo por los pobres”, añade el misionero.
“Durante el año escolar, todos los sábados traemos a los niños de la comunidad de Wat Kok, Wat Pray Fa a la iglesia de San Marco para realizar con ellos actividades de formación. A casi todos les faltan sus padres y viven con un abuelo o una abuela. En los meses de abril y octubre, cuando la escuela se cierra, con la ayuda de los maestros de dos escuelas católicas y de los estudiantes de secundaria, todos los días hacemos actividades. Las mujeres católicas de la parroquia y sus hijos preparan la comida y sirven a los niños pobres. Actualmente, durante dos meses y medio, ocho seminaristas de diversas diócesis de Tailandia trabajarán en los barrios pobres para enseñar a los niños a leer, ya que en tercero o cuarto curso todavía no saben hacerlo”. (AP) (10/12/2014 Agencia Fides)


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