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Bangui (Agencia Fides) - Pese a los acuerdos de Brazzaville y el despliegue de una fuerza de paz de la ONU, la situación de seguridad en la República Centroafricana sigue siendo frágil. Lo afirma Aude Hadley, responsable de Secours Catholique-Caritas France, que describe la situación: “Numerosos focos de inseguridad siguen encendidos en el este y el oeste del país. Los grupos armados no respetan el acuerdo de Brazzaville y sus divisiones internas y escisiones acentúan aún más la violencia”.
El 15 de septiembre la Misión de las Naciones Unidas en Centro-áfrica (MINUSCA) ha tomado posesión del puesto de la precedente misión de la Unión Africana, uniéndose a la misión militar francesa Sangaris y a la de la Unión Europea EUFOR-RCA. “La presencia de los militares internacionales ha permitido mejorar las condiciones de seguridad en la capital Bangui”, subraya Aude Hadley, “pero en el resto del país”, añade la responsable de Secours Catholique “está aumentando la criminalidad. Los robos, los secuestros y los ataques son numerosos”. Mons. Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui y Presidente de Caritas centro-africana, en una entrevista concedida a Radio Vaticana ha dicho que “es necesario el despliegue de fuerzas de la ONU para ayudar a los centro-africanos. Sin embargo, se puede enviar mil millones de soldados, pero si la población no toma conciencia de que estamos llamados a vivir juntos, la situación no va a cambiar. Las primeras respuestas tienen que venir de los Centro-africanos”. La situación sigue siendo extremadamente crítica en Bambari, en el centro-este del país, donde en los enfrentamientos entre grupos armados, al menos 25 personas han muero y varias más han resultado heridas, mientras que la catedral sigue acogiendo a los desplazados. A finales de septiembre, el número de los refugiados centro-africanos en el extranjero era de 418.200 (9% de la población), mientras que los desplazados internos eran 487.600 (el 11% de la población), de los cuales 62.000 en Bangui (L.M.) (Agencia Fides 3/10/2014)
