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Roma (Agencia Fides) - Es fuerte la preocupación de Unicef por la crisis en Costa de Marfil y por los efectos que se derivan sobre los estratos más vulnerable de la población, en primer lugar más de 2 millones de mujeres y niños.
En las principales ciudades del Norte, el agua y la electricidad están interrumpidas desde hace ya una semana, con el peligro de graves epidemias, primero de todo el cólera y diarreas agudas, y serias consecuencias sobre el funcionamiento de los centros sanitarios; el carburante para la cadena del frío, en el que se conservan fármacos y vacunas, está a punto de agotarse; el acceso de las ayudas a la población y la seguridad del personal humanitario están amenazados por la inestabilidad, mientras que crecen los temores de violencias y abusos contra mujeres y niños.
La situación, revela Unicef, se ha precipitado mucho en el Norte del país ya que en la capital comercial, Abidján, continua habiendo mucha inseguridad y todas las escuelas se encuentran en este momento cerradas.
Como primera respuesta a la emergencia, , la organización informa que ha enviado a 68 centros sanitarios de Bouake kit sanitarios de emergencia y medicamentos de base, entre ellos antibióticos, cloroquina, jeringas, soluciones para la rehidratación oral. Para mantener en funcionamiento la cadena del frío, ha provisto carburante para 3-5 días al instituto nacional de higiene pública de Bouake: a pesar de ello, las provisiones están a punto de agotarse en todo el Norte del país, con el peligro de que las vacunas almacenadas se pierdan. En estas condiciones, también la campaña extraordinaria de vacunaciones antipolio, programada a escala regional, entre el 18 y el 22 de noviembre, está en peligro. (AP) (Agencia Fides 13/11/2004; Líneas: 23 Palabras: 304)
