VATICANO - EL PAPA IMPONE EL PALIO A 40 ARZOBISPOS EN LA SOLEMNIDAD DE LOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO, LOS “AMIGOS DE DIOS” Y RENUEVA EL COMPROMISO DE TRABAJAR POR LA PLENA COMUNIÓN DE TODOS LOS DISCÍPULOS DE CRISTO

lunes, 30 junio 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Pedro y Pablo son ‘amigos de Dios’ de forma singular porque bebieron al cáliz del Señor... Si pensamos en la vocación y en la historia personal de ambos Pedro y Pablo, vemos que la carga apostólica y misionera era proporcional a la profundidad de su conversión. Probados por la experiencia amarga de la miseria humana fueron liberados por el Señor”. En la tarde del domingo 29 de junio, el Santo Padre Juan Pablo II presidió, en el atrio exterior de la Basílica Vaticana, la Celebración en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. En el curso de la celebración el Papa bendijo e impuso los Palios sagrados a 40 Arzobispos Metropolitanos, provenientes de diversas partes del mundo. Otros dos Arzobispos recibieron el Palio en sus respectivas sedes metropolitanas.
“Queridos y venerados Hermanos Arzobispos, venidos para recibir el Palio, son diversas las vicisitudes personales de cada uno, pero todos estáis incluidos por Cristo en el número de sus ‘amigos’ – dijo el Papa en la homilía -. Cuando me dispongo a imponer este signo litúrgico tradicional, que llevareis en las celebraciones solemnes como signo de comunión con la Sede Apostólica, os invito a considerarlo siempre como memoria de la sublime amistad de Cristo, que tenemos el honor y la alegría de compartir. En el nombre del Señor haceos vosotros también ‘amigos’ de aquellos a los que Dios os ha confiado. Vuestras Sedes Episcopales se encuentran en diversas zonas de la Tierra: imitando al Buen Pastor, estad vigilantes y atentos hacia cada una de vuestras Comunidades. Llevadles también mi cordial saludo junto con la seguridad de que el Papa reza por todos y especialmente por cuantos se ven sometidos a dura prueba y encuentran mayores dificultades”.
Como de costumbre, con ocasión de la Fiesta de los Apostóles Pedro y Pablo, Patrones de la ciudad de Roma, estaba presente en la Santa Misa una Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, guiada por Su Eminencia Demetrios, Arzobispo greco-ortodoxo de América. El Santo Padre se dirigió a ellos con estas palabras durante la homilía: “¡Bienvenidos queridos y venerados Hermanos! Os saludo en el nombre del Señor y os pido que transmitáis mi abrazo de paz al amado Hermano en Cristo, el Patriarca Bartolomeo. El intercambio recíproco de delegaciones, por la fiesta de San Andrés en Constantinopla y por la de San Pedro y San Pablo en Roma, se ha convertido con el tiempo, en un signo elocuente de nuestro empeño por llegar a la plena unidad. El Señor que conoce nuestras debilidades y muestras vacilaciones nos promete su ayuda para superar los obstáculos que impiden la concelebración de la única Eucaristía. Por esto, venerados hermanos acogeros y teneros junto a nosotros en este solemne encuentro litúrgico hace mas sólida la esperanza y da forma concreta a ese anhelo que nos empuja a la plena comunión”.
Juan Pablo II recordó después el trabajo de los Apostóles Pedro y Pablo en la edificación de la única iglesia de Cristo y renovó el compromiso de trabajar por la unidad: “como Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, renuevo hoy en el marco de esta sugestiva fiesta, mi plena disponibilidad a poner mi persona al servicio de la comunión entre todos los discípulos de Cristo. Ayudadme, queridos Hermanos y Hermanas, con el apoyo incesante de vuestra oración. Pedid para mi la celeste intercesión de María, Madre de la Iglesia, y de los santos Apóstoles Pedro y Pablo”. . (S.L.) (Agencia Fides 30/6/2003 Líneas: 47 Palabras: 628)


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