AMERICA/PARAGUAY - "El país continua recorriendo un Vía Crucis dramático y doloroso" afirman con profunda preocupación los Obispos paraguayos que exhortan sin embargo a la esperanza, "necesaria y posible", y al compromiso de los cristianos para cambiar la situación

jueves, 11 noviembre 2004

Asunción (Agencia Fides) - Al término de la 172 Asamblea Plenaria, los Obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) ha publicado un mensaje titulado "La esperanza es necesaria y posible”. El documento está dividido en 4 párrafos: "La gravedad de la situación", “La esperanza es necesaria y posible"; "Acciones inmediatas y concretas", "Reflexión final".
El Mensaje de los Obispos paraguayos se abre con un sereno y valiente análisis de la obra de evangelización y la acción pastoral llevada a cabo hasta hoy: se revelan "insuficientes y no adecuadamente inculturizadas, razón por la cual se dan situaciones en las que los bautizados no han asumido los valores fundamentales del Evangelio y su actuación no concuerda con su condición de cristiano". Los Obispos expresan una profunda preocupación ya que la nación “está recorriendo un Vía Crucis dramático y doloroso, a causa del incremento de la pobreza, de la miseria, del aumento de la violencia y la criminalidad, que pone a los ciudadanos en una situación de vulnerabilidad, inseguridad y sin defensa".
Los Obispos subrayan el desmantelamiento de la familia, por la separación de la pareja o la ausencia de los padres, que lleva a un vacío existencial para los hijos. Además los conflictos por la propiedad de las tierras, cada vez más marcados y graves, exigen, de manera apremiante, una política de reforma agraria integral, "que no se reduzca a la simple repartición de las tierras", sino que busque el desarrollo de la agricultura, la salud, la educación y el trabajo.
A pesar de los cambios registrados recientemente, "la justicia se ha debilitado por los continuos escándalos determinados por corrupción, nepotismo, presiones, extorsión... ". En esta situación, los Obispos puntualizan, "el poder judicial no puede ser creíble y no puede actuar con eficacia para ejercer la justicia, cuando dentro de su estructura mantiene la corrupción."
Frente a esta situación, los Obispos exhortan a "mantener intacta la esperanza, apoyándose no en las propias débiles fuerzas, sino en la potencia de Dios que socorre a su pueblo en las horas de angustia". Además piden a los poderes públicos que realicen un serio proyecto para el país, con el que dar respuesta a los graves problemas y conflictos sociales relativos a la propiedad y la tierra, y a la pobreza dominante en el país. Los Obispos recomiendan al Gobierno que cree las condiciones necesarias para la reactivación de la economía nacional y afronten con seriedad el problema de la seguridad ciudadana. También se solicita una atención privilegiada a la infancia y juventud, considerando que el 66% de la población paraguaya tiene menos de 30 años y por lo tanto "es un enorme potencial que desafía la creación de nuevas estructuras, espacios de participación y oportunidad."
La asamblea de la CEP ha señalad algunos signos positivos alcanzados en estos últimos tiempos "como la libertad de prensa y expresión, espacios de encuentro y diálogo entre los diversos sectores de la sociedad, formación de nuevas agregaciones políticas y movimientos, que creen seriamente en la posibilidad de cambiar la situación del país así como una mayor conciencia de los ciudadanos sobre el valor de los derechos humanos, de la dignidad personal y de la necesidad de erradicar el grave mal de la corrupción". El documento concluye exhortando a todos los cristianos a colaborar en el cambio de las estructuras injustas y a impregnar de valores cristianos la cultura en la que viven. (R.Z) (Agencia Fides 11/11/2004 - Líneas: 44 Palabras: 602)


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