AMERICA/HONDURAS - Abusos sexuales y prostitución a 3.000 niñas de 12 a 17 años de edad

lunes, 13 enero 2014

San Pedro Sula (Agencia Fides) – En las calles de San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras después de la capital Tegucicalpa, se encuentran niños y niñas que andan a la deriva entre suciedad y depravación. El 10% tiene una casa, donde sólo van por la noche, mientras que otros tienen que “lecho” las frías aceras de las calles. Un estudio reciente realizado por el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (IHNFA) ha dado la voz de alarma sobre la situación de los niños de la calle sin ningún tipo de tutela, que se ven obligados a trabajar y prostituirse. El 20% son propensos a unirse a las bandas criminales para sus actividades ilegales, y 5 de cada 10 trafican con dragas. Las cifras son alarmantes. De acuerdo con IHNFA, en San Pedro Sula son aproximadamente 5.000 niños los que viven en las calles. De estos, aproximadamente 3.000 son niñas de entre 12 y 17 años de edad que se prostituyen. El 20% de los niños de la calle son analfabetos y el 79% no asiste a la escuela, en comparación con el 0,5%, que consigue completar la escuela primaria. Algunos vienen de zonas marginadas, otros de los suburbios. Además de ser víctimas de abusos sexuales, se ven obligados a mendigar o lavar cristales. El 60% acepta prestarse a abusos sexuales. Las niñas que se prostituyen no lo hacen solo por las calles del centro de la ciudad, sino también en las zonas más marginadas. Los niños deciden huir de sus hogares para evitar los malos tratos por parte de su misma familia, o porque sus padres los abandonan o porque se han quedado huérfanos. En el centro de asistencia psicológica Catrachos al Cambio, un profesional ayuda a los niños a superar su crisis, y declara que la mayoría de los niños de la calle que llegan y se someten a un tratamiento de recuperación no quiere hablar de su vida debido a los traumas que han sufrido. En la ciudad 415 niños hondureños se encuentran en centros de rehabilitación, incluidos los del Ihnfa, casas de acogida cristianas y de ONG. Sin embargo, no son suficientes para salvarlos de la violencia de las calles. (AP) (13/1/2014 Agencia Fides)


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