OCEANIA/ISLAS FIJI - El Arzobispo de Suva: “No queremos un estado cristiano, sino el pleno respeto de la libertad religiosa”

miércoles, 11 diciembre 2013

Suva (Agencia Fides) – “No queremos una teocracia, nunca hemos dicho que queremos un estado cristiano. Sin embargo, nos preocupa el que un estado secularista quiere reducir la fe a una cosa puramente individualista”: es la aclaración del Arzobispo de Suva, Mons. Peter Loy Chong, que ha intervenido en el debate en curso en el país sobre la Carta Constitucional, aprobada por Fiji en septiembre de 2013, y sobre la cuestión de la libertad religiosa. En una nota enviada a la Agencia Fides, el Arzobispo explica que la visión de la Iglesia es de “un estado secular que es respetuoso de las creencias religiosas de la sociedad”: la Iglesia espera que este concepto derive con claridad de la interpretación de la Constitución, que garantiza la convivencia social y cívica.
El debate en curso entre los intelectuales, líderes religiosos y políticos, en particular, se refiere al artículo 22 de la Carta. La sección establece claramente que toda persona “tiene derecho a la libertad de religión, de conciencia y de creencias”. También establece que todo ciudadano tiene derecho, individual o colectivamente, en público o en privado, a manifestar y practicar su propia religión o las creencias mediante el culto, la práctica y la enseñanza de la fe.
El texto afirma que “la libertad religiosa es un principio fundamental del Estado” y que “la fe religiosa es personal”. Sobre este punto el debate abierto en las Fiji toca la separación entre estado y religión. Los observadores subrayan que las personas que ocupan cargos públicos deben tratar a todas las religiones por igual, que el Estado no debe dictar leyes en materia de religión, y que los líderes civiles y políticos no deben tener preferencias o discriminación a favor o en contra de una religión particular.
Mons. Chong también ha explicado que de acuerdo con los cánones de la doctrina social cristiana, “los sacerdotes y los obispos no están autorizados a tomar parte activa en la política”, pero la Iglesia tiene un papel profético que desempeñar, indicando los principios y directrices “para ayudar a sus miembros y a todas las personas de buena voluntad a tomar decisiones por el bien común”. (PA) (Agencia Fides 11/12/2013)


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