ASIA/SIRIA - Un párroco: “El éxodo de los civiles cristianos de Qara, invadida por yihadistas extranjeros”

jueves, 28 noviembre 2013

Damasco (Agencia Fides) – “Los pueblos, cristianos y no cristianos, al norte de Damasco, en el macizo de Qalamoun, están en el blanco de los grupos armados yihadistas extranjeros que están llevando solo muerte y destrucción”; dice el padre George Louis, párroco greco- católico de la Iglesia de San Michele in Qara, que ha sido devastada e incendiada. El sacerdote explica: “Maalula, Sednaya, Sadad, y después Qara y Deir Atieh, ahora Nebek: los yihadistas armados aplican el mismo modelo: escogen un pueblo, lo invaden, matar, queman, devastan. Para los civiles, cristianos o no, la vida es siempre más difícil. Los milicianos extranjeros actúan sin ningún control de nuestros compatriotas sirios del Ejército Sirio Libre (FSA ), que son respetuosos de todos, y que no quieren arrasar el país. Pero estos, por desgracia, en muchos casos han tenido que retirarse frente a los grupos armados extranjeros” .
El p. Louis cuenta cuanto ha sucedido en Qara entre el 16 y el 20 de noviembre. Durante varios meses, el pueblo ha vivido en un régimen de “semi-autonomía”, con el acuerdo tácito entre el FSA y el ejército sirio. No había ningún conflicto, aunque la ciudad estaba bajo el control del FSA. El Estado por su parte continuaba suministrando la electricidad y los servicios de agua a la población.
Pero el equilibrio ha caído, dice el padre George, cuando “el 16 de noviembre más de 3.000 yihadistas suníes llegaron desde la aldea de Arsal, entraron en el pueblo, convirtiéndolo en campo de batalla. Los soldados del FSA, en minoría, se retiraron. La gente empezó a huir. Cerca de 6.000 personas huyeron inmediatamente hacia la ciudad y los pueblos vecinos”. Pero la comunidad cristiana de Qara, recogidos en el centro histórico, no quisieron moverse.
El sacerdote dice a Fides : “Comenzaron los ataques con misiles contra las casas y en las calles. Con cerca de 35 familias cristianas nos refugiamos en la iglesia para orar. La puerta de la iglesia fue golpeada y entraron combatientes armados con la cara cubierta, el pelo largo, no eran sirios, pero no estaba claro de qué nacionalidad eran. Dijeron: 'queremos mataros a todos, perros cristianos. Y vamos a quemar este lugar idolátrico'. En ese momento, uno de los feligreses, Emile, hablando en árabe, comenzó con audacia a parlamentar con el líder del grupo, citando versos del Corán, diciendo que el Islam respeta los cristianos y otras minorías. El hombre respondió que pegruntaría a su jefe para decidir nuestro destino y condujo a sus hombres fuera del edificio”, dice el padre George. Mientras tanto, el sacerdote y los fieles salen de la iglesia por una puerta secundaria, y todos huyen y se unen a otros refugiados, llegando a la aldea de Der Atieh. Aquí reciben una cálida hospitalidad de los cristianos locales de otras confesiones: el sacerdote greco-ortodoxo y los fieles les dan la bienvenida con gran generosidad. Pero, Der Atieh termina en el punto de mira de los yihadistas (véase Fides 25/11/2013). Los milicianos comenzaron una “caza al hombre” tomando como rehenes a cristianos. “Nos escondimos en el sótano durante 4 días y 4 noches, sin comida, agua, luz”, dice el padre Louis. “Después de una noche de oración, decidimos escapar a tientas. A las 5 de la mañana, emprendimos el viaje. Con una marcha forzada de seis horas en estado de grave peligro, llegamos a Sadad, otra ciudad martirizada (véase Fides 31/10/2013). El Arzobispo Boutros Selwanos Alnemeh y los fieles que regresaron a la ciudad nos dieron una bienvenida con amor y bondad”.
Mientras tanto, en Qara la situación es dramática. Tras días de enfrentamientos, escombros por todas partes. Muchas casas y carreteras minadas con explosivos. La iglesia greco-católica de San Miguel devastado y quemado. Otras iglesias católicas ortodoxas en Der Athie han corrido la misma suerte y algunas mezquitas: es una advertencia a los musulmanes moderados.
P. George explica: “Estos son combatientes extremistas extranjeros, que quieren sembrar el odio y la violencia sectaria, la destrucción sin sentido, totalmente carentes de respeto a la población civil. Yo no estoy en el FSA. No nos queda otra cosa que rezar. En este éxodo, hemos probado la hermosa experiencia de la solidaridad y el afecto entre los cristianos católicos y ortodoxos”. (PA) Agencia Fides 28/11/2013


Compartir: