AMERICA/BRASIL - Nueva alarma por el respeto de los derechos humanos de los refugiados de Haití

sábado, 16 noviembre 2013

Brasilia (Agencia Fides) – Una nueva alarma por la dramática situación de los haitianos que buscan refugio en Brasil, tras llegar de forma ilegal, ha sido lanzada por la ONG brasileña “Conectas” después de la visita del presidente de Brasil, Dilma Rousseff, a Perú. En esta ocasión la Rousseff ha dicho que los dos países trabajarán juntos para contrarrestar el tráfico ilícito de redes de personas, especialmente las que gestionan el viaje de los migrantes de Haití a Brasil. Según la información enviada a la Agencia Fides por Adital, para llegar ilegalmente a Brasil, los haitianos atraviesan la República Dominicana, Ecuador y Perú, sometiéndose a repetidas violaciónes de sus derechos, al abuso sexual, al acoso, la extorsión, la tortura.
Sin dejar de reconocer la importancia de la iniciativa, la ONG lamenta que no se haga ninguna referencia a las iniciativas urgentes y concretas, tales como la solución a la crisis de la vivienda, que permitan a los refugiados haitianos que han llegado a Brasil comenzar una nueva vida. La mayoría de los inmigrantes, de hecho, sufren en condiciones precarias y deshumanizas tanto en la vivienda como en el trato.
Fortalecer la atención de las embajadas, facilitar la expedición de visados por razones humanitarias, lanzar campañas de información en las ciudades en la ruta de los migrantes haitianos, trabajando con los gobiernos a nivel regional para investigar las denuncias y para combatir a los traficantes, son las propuestas de Camila Asano, coordinadora del “Programa de Política Externa” de “Conectas”, que junto con otras organizaciones que trabajan en este frente, había enviado un documento al Presidente de Brasil antes de su viaje a Perú, indicando algunos medios para acabar con las violaciones de derechos humanos en los países que los migrantes cruzan. La emigración masiva de haitianos inició en 2010, tras el devastador terremoto que causó más de 300.000 muertes y la destrucción de la mayor parte de las infraestructuras. (SL) (Agencia Fides 16/11/2013)


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