ASIA/IRAQ - El Patriarca caldeo Sako: en la Iglesia no hay mayorías o minorías

martes, 21 mayo 2013

Baghdad (Agencia Fides) – El apego a las propias raíces étnicas y culturales “caldeas” no debe convertirse en culto fanático de la propia identidad nacional, si no se quiere oscurar la catolicidad de la Iglesia. Este es el mensaje clave que el Patriarca de Babilonia de los Caldeos Louis Raphael I Sako ha querido expresar en una carta dirigida a los sacerdotes de su Iglesia, para compartir con los obispos, los sacerdotes y religiosos, las preocupaciones y esperanzas en el momento presente que vive la Iglesia dirigida por él. En la carta, enviada a la Agencia Fides, S. B. Sako describe la Iglesia caldea como una realidad “herida” y “dispersa”, destacando entre las causas de esta condición deplorable también la desestabilización en el país tras la caída del régimen de Saddam y “la fuga de algunos sacerdotes en Occidente, muchos de los cuales han pasado a otras iglesias”.
En cuanto a las llamadas al nacionalismo caldeo que a veces despiertan polémicas incluso dentro de la Iglesia, el Patriarca Caldeo, dice que “no es un defecto amar la propia patria y estar orgullosos. El defecto consiste en considerarse superiores a los demás, pero todavía cuando alguien insulta a aquellos que no pertenecen a su identidad nacional. Algo así es lo que ha sucedido en los últimos tiempos”. La deriva de la identidad nacionalista - que a veces parece contagiar a algunos sitios web y algunos grupos de activistas políticos - según Louis Raphael I a veces amenaza con oscurecer la misma catolicidad de la Iglesia caldea: en ella hoy “hay asirios, árabes y kurdos: ¿tenemos que hacernos todos caldeos? Y ¿qué decir de los musulmanes caldeos!” se pregunta el Patriarca. En su opinión, las distintas sensibilidades eclesiales sobre la llamada “caldeicidad” no deben interpretarse como una oposición entre una “minoría” y una “mayoría”. Hablar de estas dinámicas en términos de “victoria, como si estuviéramos en guerra”, según el Patriarca es “una vergüenza”. En la carta, S.B. Sako reitera que la participación directa en la política es una prerrogativa de los laicos y que los sacerdotes no pueden actuar como activistas o miembros de las distintas siglas partidistas, ya que su vocación sacerdotal es “al servicio de todos, sin excepción”. (GV) (Agencia Fides 21/5/2013).


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