ASIA/SIRIA - El Arzobispo maronita de Damasco: Benedicto XVI siempre ha estado cerca de este pueblo olvidado

jueves, 14 febrero 2013

Damasco (Agencia Fides) - Esta que acaba de empezar será la tercera Cuaresma de sufrimiento para los cristianos que viven en Siria. En una época marcada por la angustia y la esperanza. Lo escribe el Arzobispo maronita de Damasco Samir Nassar, en un mensaje enviado a la Agencia Fides.
Mons. Nassar se detiene a analizar algunos acontecimientos recientes que han inspirado sentimientos contrapuestos entre los bautizados en Siria: la renuncia del Papa Benedicto XVI, la visita a Damasco del Patriarca Maronita Boutros Bechara Rai, el éxodo de los fieles de la Iglesia greco-ortodoxa.
La renuncia del Santo Padre - escribe Mons. Nassar – ha tocado de una manera muy especial a los cristianos sirios: la oración y los llamamientos del Papa Benedicto XVI por la paz en Siria, junto con sus actos concretos de caridad, “habían acercando tanto al Papa a este pueblo olvidado”. El Arzobispo maronita espera que se pueda avanzar por el camino común “en este tiempo de Cuaresma que él ha escogido para continuar con su misión de una manera diferente”.
Una noticia feliz mencionada en el mensaje del Arzobispo es la reciente visita a Damasco del Patriarca maronita: “Ninguno de los 15 Patriarcas greco-ortodoxos”, dice S. E. Nassar “se han atrevido a venir a Damasco con motivo de la entronización del nuevo Patriarca Juan X Yazigi como nuevo Patriarca greco-ortodoxo de Antioquía. El único que ha querido cruzar la frontera sirio-libanesa para estar presente en la misa ha sido el Patriarca maronita Bechara Boutros Rai, a pesar de las tensiones que están viviendo en estos momentos las relaciones entre los dos países”. S. B. Rai - dice el Arzobispo Nassar - fue recibido por miles de cristianos que saludaban con “lágrimas de alegría” al Patriarca llegado en nombre de “la paz, la unidad y la esperanza”.
Precisamente todas las acciones públicas relacionadas con el comienzo del nuevo Patriarcado greco-ortodoxo con sede en Damasco han puesto de relieve el éxodo de los cristianos que está diezmando sobre todo la comunidad ahora confiada a Juan X Yazigi. Una catedral semi vacía - explica S. E. Nassar - dio la bienvenida al nuevo Patriarca el 20 de diciembre después de su elección. “La Iglesia greco-ortodoxa” prosigue el Arzobispo maronita - “representa el 60% de los cristianos en Siria”, pero en los dos años de conflicto, “se han dispersado más de la mitad de las parroquias. Muchas decenas de miles de personas han salido del país para escapar a los países vecinos, tratando de encontrar refugio más tarde en los cuatro rincones del mundo”.
El debilitamiento de la comunidad greco-ortodoxa, definida por Mons. Nassar como “columna vertebral del cristianismo sirio”, en su opinión, pone en duda el futuro de todas las minorías cristianas en Siria. “La guerra en Iraq ha provocado el éxodo masivo de los cristianos... La guerra en Siria ¿tendrá las mismas consecuencias?”, se pregunta el Arzobispo maronita, pidiendo que se rece a “Nuestra Señora de los sin techo” por los sacerdotes que están en manos de los secuestradores desde el 9 de febrero y por todos los otros miles de desaparecidos registrados en el conflicto sirio. (GV) (Agencia Fides 14/2/2013).


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