EUROPA/NACIONES UNIDAS - Después de los llamamientos del Santo Padre contra la pena capital, el compromiso del movimiento franciscano y de numerosas asociaciones y comunidades católicas: “NO a la pena de muerte”

sábado, 9 octubre 2004

Ginebra (Agencia Fides) - La pena de muerte viola uno de los derechos humanos fundamentales, el derecho a la vida. Esta pues, no solo aplasta los valores de amor y perdón, sino también el estándar internacional de los derechos humanos. Lo afirma, con ocasión de la Jornada Mundial contra la Pena de muerte, que se celebra el 10 de octubre, el movimiento franciscano, presente en la sede ONU de Ginebra a través de la organización no gubernativa Franciscans Internacional. En cooperación con la otra Ong de los religiosos dominicos Dominicans For Justice and Peace, los Franciscanos han lanzado iniciativas propias, junto a la Coalición Mundial contra la Pena de muerte.
El movimiento ha invitado a los grupos y a las comunidades católicas de todo el mundo a activarse contra este instrumento que muchas veces al Papa ha condenado, y ha propuesto para el 10 de octubre una vigilia de oración celebrada en comunidad, promoción y difusión de material informativo, el envío de cartas a los gobiernos del país dónde la pena de muerte está vigente pidiendo su abolición.
Juan Pablo II ha afirmado en innumerables ocasiones su llamamiento contra la pena capital, definiéndola "cruel e innecesaria”, invocando el respeto debido a toda vida humana y pidiendo una moratoria universal.
En el 2003 al menos 1.146 presos fueron ejecutados en 28 países y 2.756 fueron condenados a muerte en 63 naciones. Los estados que ha abolido la pena de muerte del propio orden jurídico son actualmente 118. (PA) (Agencia Fides 09/10/2004 Líneas: 23 Palabras: 277)


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