ASIA/IRAQ - Louis Sako, nuevo Patriarca de Babilonia de los Caldeos: Cristo nos ayudará a reconstruir nuestra casa

viernes, 1 febrero 2013

Roma (Agencia Fides) – “Autenticidad, unidad y renovación”. Estas son las tres palabras que Mons. Louis Sako, que acaba de ser elegido como nuevo Patriarca de Babilonia de los Caldeos, ha escogido como lema patriarcal. Tres directrices que le inspirarán en su nuevo cargo.
El Sínodo de los Obispos caldeos, que se está celebrando en Roma desde el lunes pasado ha elegido al nuevo patriarca ayer. El Arzobispo de Kirkuk ha superado la mayoría necesaria de dos tercios de los 15 Obispos con derecho a voto. Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha enviado ya al nuevo Patriarca su Ecclesiastica Communio.
“Siento que he sido llamado a una gran responsabilidad, y tengo un poco de miedo”, declara a la Agencia Fides el nuevo Patriarca. “Nos enfrentamos a muchas dificultades en el país y fuera del país”, dice S.B. Sako, “pero con la ayuda de Cristo y la colaboración entre los Obispos viviremos una unidad que nos permita reconstruir la casa caldea. Una casa que siempre estará abierta a otras Iglesias - comenzando por nuestros hermanos asirios – y también a nuestros conciudadanos musulmanes”. Según el Patriarca Sako, “la Iglesia caldea debe ser un signo de esperanza, de testimonio y de comunión, a pesar de las dificultades, según la invitación y la llamada dirigida a todos nosotros por el Papa Benedicto XVI en su Exhortación Apostólica Ecclesia in Medio Oriente”.
En comparación con las dificultades y penurias que marcan el escenario iraquí, el nuevo Patriarca Sako invita a sus conciudadanos de todas las religiones a trabajar juntos “en defensa de la dignidad humana y la convivencia basada en la igualdad de derechos y obligaciones para todos los ciudadanos”. Sobre el futuro de la presencia cristiana en Oriente Medio, S. B. Sako - que en los últimos días había publicado una reflexión articulada a través de la Agencia Fides (véase Fides 23/01/2013) - reconoce que “el camino que tenemos delante es áspero y duro, pero se puede afrontar con la esperanza puesta en el Señor. Somos un pequeño rebaño, pero somos Su rebaño, y el número no es importante. Podemos caminar hacia delante, en los lugares donde estamos, sin victimismos”. (GV) (Agencia Fides 1/ 2/2013).


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