ASIA/IRAK - El padre Paolo Dall'Oglio es acogido en la comunidad monástica a penas iniciada en Sulaymanya, en el Kurdistán iraquí

lunes, 10 diciembre 2012

Sulaymanya (Agencia Fides) – El padre Paolo Dall'Oglio SJ, fundador de la comunidad monástica de Deir Mar Musa, después de su expulsión de Siria ha sido acogido en el monasterio recién fundado de Deir Maryam el Adhra, que comenzó hace unos meses en Sulaymanya, en el Kurdistán iraquí. El Arzobispo caldeo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, ha dado su consentimiento al ingreso del jesuita estudiosos del Islam en la comunidad monástica que ha encontrado hospitalidad en una iglesia de la segunda mitad del siglo XIX, dedicada a la Virgen María y situada en distrito histórico de Sabunkaran, el barrio de los “fabricantes de jabón”.
El Padre Dall'Oglio, después de declarar en público su deseo del fin del régimen de Assad, había salido de Siria - donde vivía desde hacía más de treinta años – el pasado mes de junio, por obediencia a las autoridades eclesiásticas del país. El 20 de septiembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Damasco acusó al jesuita de connivencia con grupos terroristas, “incluido al-Qaeda”. “Junto con los hermanos del monasterio de Deir Maryam” dice el jesuita a Fides “rezo por la paz en Siria, con la esperanza y la expectativa de poder regresar”.
La nueva comunidad monástica establecida en Sulaymanya es una filiación del monasterio sirio de Deir Mar Musa. En un informe enviado a la Agencia Fides, los monjes confirman que el Padre Paolo “a partir de ahora será un miembro de esta comunidad”, y nos narran el contexto y los primeros pasos de su nueva experiencia. Expresan gratitud por la invitación a fundar una comunidad en la Eparquía de Kirkuk que les ha dirigido el Arzobispo Sako, representante de la Iglesia caldea que “sin haber sido una iglesia de estado, es heredera de una rica experiencia histórica de interacción con el Islam y de apertura hacia el Este, desde Irán hasta la China”.
Sulaymanya es descrita como una ciudad “kurda musulmana, donde vive una comunidad cristiana compuesta por dos elementos: los cristianos cuyos orígenes se remontan en el tiempo, a los distritos montañosos más o menos lejanos del Norte (que hablan el caldeo aunque saben el kurdo y un poco de árabe) y los que han huido en los últimos años en Bagdad, Mosul y otras ciudades del sur (y hablan árabe como lengua materna)”. Los monjes de Sulaymanya explican que los jóvenes de la zona hablan cada vez más el kurdo, “a raíz de la integración social, del sistema educativo y de la tendencia nacional en esta región”.
La carta de los monjes reconoce que “es demasiado pronto para definir la identidad de este monasterio... Se convertirá en lo que el Espíritu inspire para llegar a los vecinos, a la gente, a los monjes y a las monjas, a los visitantes, a los musulmanes que a veces vienen aquí a rezar ante el pequeño icono de María”. El pasado 23 de noviembre, el Arzobispo Sako ha ordenado sacerdote al hermano Jens, miembro de la comunidad monástica, que se ha convertido desde entonces en Abuna Yohanna. (GV) (10/12/2012).


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