“Por los enfermos en África, victimas del SIDA y de otras graves enfermedades, para que experimente el consuelo y el amor de Dios, gracias al servicio de los médicos y de cuantos les atienden”

martes, 24 junio 2003

Comentario a la Intención Misionera señalada por el Santo Padre para el mes de julio del 2003 a cargo de Sor Nirmala Joshi, Superiora General de las Misioneras de la Caridad

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La intención misionera de nuestro Santo Padre Juan Pablo II para julio, muestra la gran preocupación del Papa de que todos aquellos que están enfermos en África – victimas del SIDA y de otras graves enfermedades – puedan tener experiencia del consuelo y del amor de Dios. Es pues el amor de Dios el que, fluyendo de nuestros corazones humanos, cura las heridas de nuestros hermanos y hermanas que sufren y les da nueva vida.
El Santo Padre reconoce también al gran papel de los médicos y de cuantos con amor cuidan los enfermos haciendo canales del consuelo y el amor de Dios hacia los enfermos que asisten y les expresan su profunda gratitud por el servicio que desarrollan.
Es también una invitación a todos nosotros donde nos encontremos – en África o en otro sitio – para que consintamos que Dios nos use como su corazón, sus manos y su voz, de cualquier modo posible, por medio de la oración y la acción, para llegar a nuestros hermanos y hermanas enfermos en África, especialmente las victimas del SIDA y de otras graves enfermedades, llevándoles la experiencia de la ternura de Dios hacia cada uno de ellos individualmente, llenándolos del consuelo propio de Dios y de nueva esperanza.
Aquellos que están fuera de África y no tiene modo de llegar hasta los enfermos de África, pueden rezar por ellos y servir a los enfermos que están en sus familias, en la vecindad, en la ciudad, especialmente los enfermos de SIDA y de otras graves enfermedades y ser instrumentos del amor de Dios que cura a los enfermos confiados a su atención y, por ello, también a los de África.
Una vez, mientras nuestra Madre, la Madre Teresa de Calcuta, estaba visitando en Etiopia una de nuestras casas para enfermos y moribundos de SIDA y de otras enfermedades, llamó a este lugar “un Calvario abierto” y pidió a las religiosas atender a los enfermos con gran amor y devoción, porque estaban realmente sirviendo a Jesús muriendo en la cruz en la penosa situación de nuestros amados hermanos y hermanas enfermos y moribundos.
La intención misionera de oración propuesta por el Santo Padre nos invita a aplacar la sed de Jesús en al cruz de nuestro amor y nuestra atención, cuando EL, el Hijo de Dios, se nos presenta bajo el semblante de nuestros hermanos y hermanas con SIDA o con otras enfermedades en África. Sabemos muy bien que si escuchamos el grito de Jesús sediento de nuestro amor e intentamos responder a sus necesidades, nosotros mismos seremos saciados con su amor, su consuelo, su paz y su alegría. Este es el modo de actuar de Dios.
Encomendamos esta intención de nuestro Santo Padre a la oración y a la intercesión de Maria, Madre de Jesús y Madre de África, al Beato Comboni, el gran misionero de África y a nuestra Madre – la Venerable Sierva de Dios Madre Teresa de Calcuta – cuyos hijos e hijas, los misioneros de la Caridad están en todo el continente africano totalmente y libremente al servicio afectuoso de los hijos de Dios enfermos y moribundos, de modo que puedan ser una explosión de caridad en los corazones de miles de personas en África y en todo el mundo, que puedan libremente elegir ser “buenos samaritanos” para nuestros hermanos y hermanas en África que están enfermos de SIDA y de otras enfermedades y sean bendecidos ellos mismos con la alegría , el amor y la paz de Dios ahora y en la vida futura como El ha dicho: “Lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños, conmigo lo hicisteis” Sor Nirmala Joshi, MC (Agencia Fides 24/6/2003 Líneas: 46 Palabras: 671)


Compartir: