ASIA/INDONESIA - "Como aislar el fundamentalismo islámico que vive de la violencia, la corrupción y el paro: desafío para el nuevo presidente indonesio" - Habla a Fides el p. Ignazio Ismartono, Portavoz de la Conferencia Episcopal Indonesia

martes, 5 octubre 2004

Yakarta (Agencia Fides) - "Corrupción, violencia, fundamentalismo islámico, paro, destrucción ambiental: son las prioridades que el nuevo presidente Indonesio Susilo Bambang Yudhoyono tendrá que afrontar por el bien del país", ha dicho a la Agencia Fides el p. Ignazio Ismartono, Jesuita indonesio, Presidente de la Comisión Episcopal para el Diálogo Interreligioso y uno de los Portavoces de la Conferencia Episcopal de Indonesia, después de la proclamación oficial de los resultados de las elecciones presidenciales. El segundo escrutinio de septiembre, que constituyeron las primeras elecciones democráticas por sufragio directo de la historia indonesia, ha visto imponerse a Yodhoyono con el 61% de las preferencias respecto al presidente saliente Megawati Sukarnoputri que ha obtenido el 39% de los votos. El nuevo presidente se establecerá oficialmente el 20 de octubre en Yakarta.
Fides ha pedido al p. Ismartono un comentario sobre las elecciones y delinear el futuro del país: "El país no cambiará bruscamente, más bien se debe hablar de algunas líneas de continuidad o discontinuidad con el pasado. Lo que la gente espera y que constituye una prioridad para el país, es la lucha contra la corrupción, que representa hoy un cáncer para la vida social. También hace falta desarraigar la violencia, que empapa la vida de la nación en muchas zonas; hay que actuar contra el paro dominante que afecta sobre todo a los jóvenes, y frenar la destrucción ambiental del territorio indonesio, con la deforestación y el comercio ilegal de madera."
Pero uno de los temas más candentes y delicados, señala el p. Ismartono, es el de como contrastar el fundamentalismo islámico, que amenaza con crecer en el país musulmán más populoso del mundo: "Los militantes radicales islámicos están creciendo a causa de la frustración difusa. El gran número de parados constituye una fuente siempre fresca, para los movimientos radicales, dónde pescar nuevos adeptos. Pero quisiera decir que no debemos culpabilizar a los jóvenes, pues a veces se dejan implicar sobre todo por desesperación. No debemos responder a la violencia con otra violencia, sino desactivando la mecha del fundamentalismo, trabajando a favor de políticas sociales más ecuánimes para todos".
"Por ello - añade el P. Ismartono - la Iglesia desea que el nuevo presidente trabaje por el bien común y por el respeto de los derechos humanos en el país, que son el antídoto contra todo fundamentalismo. Como cristianos no queremos crear un parito religioso, ni dirigir solicitudes particulares al nuevo presidente. Tan sólo pedimos ser tratados como los otros ciudadanos indonesios, no ser discriminados, poder ejercer nuestros derechos y deberes como todos, y poder practicar nuestra fe".
En Indonesia, sobre una población de 210 millones de habitantes, los musulmanes son el 85%, los cristianos el 13%, de los que cerca de 6,4 millones son católicos. (PA) (Agencia Fides 5/10/2004 Líneas: 37 Palabras: 493)


Compartir: