AFRICA/MADAGASCAR - Una mujer de cada 7 sufre explotación sexual: la pobreza hace que se propague la prostitución

martes, 6 noviembre 2012

Antananarivo (Agencia Fides) - En menos de 20 años, el número de prostitutas registradas en la principal ciudad portuaria de Madagascar, Toamasina, donde viven alrededor de 200.000 personas, ha aumentado de unas 17.000 en 1993 a unas 29.000 en 2012. Se estima que una de cada siete mujeres es explotadas sexualmente. El estado de pobreza cada vez más agravado y la cercanía de la ciudad al Ambatovy, una de las minas de níquel y cobalto más grandes del mundo, contribuyen al empeoramiento del problema.
Según los cálculos del gobierno, más de tres cuartas partes de la población malgache viven con menos de 1 dólar al día. La construcción de la mina y las recientes mejoras del puerto han llevado a la afluencia de miles de trabajadores extranjeros. El costo de vida ha aumentado y los negocios tradicionales han quebrado, empujando cada vez a más mujeres a la industria del sexo. La prostitución, de hecho, es normal y legal en Madagascar, un medio para sobrevivir. Las chicas vienen del campo para trabajar en la ciudad como camareras.
Después, cuando tienen un problema con su dador de trabajo, las otras chicas de su propia región, la introducen en la prostitución. A pesar de que la prevalencia del VIH/SIDA es baja en comparación con otros países de África, con un 0,2% de personas entre 15 y 49 años infectadas con el virus, la incidencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) como la sífilis, está muy por encima del promedio regional. Según las estadísticas se ve afectado el 4% de las mujeres embarazadas, así como el 12% de las prostitutas.
Hasta hace seis años, Antsohihy, la capital de la región norte de Sofía, se ha visto separada del resto del país, pero en 2006 la reconstrucción de una carretera hacia la capital, Antananarivo, ha vuelto a abrir el área al comercio, incluido el del sexo. No hay datos fiables sobre esta ciudad y, en los últimos años, los gobiernos municipales han establecido un sistema de identificación para las prostitutas que las tutela legalmente y les proporciona atención médica especializada. Este mismo sistema no ha funcionado en Toamasina, donde las tarjetas de identidad han sido reemplazadas por cartillas rojas no oficiales que dan acceso a las prostitutas a ñas clínicas judiciarias en la cercana destinación turística de Mahambo. (AP) (6/11/2012 Agencia Fides)


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