EUROPA/ITALIA - Mensaje conclusivo del Convenio Misionero Nacional: "es el momento de iniciar una nueva fase en el camino misionero de la Iglesia italiana"

viernes, 1 octubre 2004

Roma (Agencia Fides) - "El camino misionero realizado por la Iglesia italiana en estas décadas ha sido rico en frutos, pero es el momento de empezar una nueva fase ": es cuánto se afirma en el Mensaje conclusivo del Convenio Misionero Nacional de la Iglesia italiana que ha visto reunidos en Montesilvano (Pescara) del 27 al 30 de septiembre, a más de 1.800 personas entre Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, misioneros y muchos laicos comprometidos en la pastoral, en los movimientos y en el voluntariado.
"El trabajo realizado juntos nos ha llevado a caminar más rápidamente por los caminos del mundo como peregrinos, compañeros de esta humanidad hacia la que sentimos el deber de anunciar la salvación realizada por el Padre en Cristo por la fuerza del Espíritu" se lee en el Mensaje. "Debemos dar nuestro paso con convicción, porque este momento histórico de la humanidad, atravesado por transformaciones globales, contraposiciones de culturas y credos religiosos, violencias, conflictos e injusticias, pide a la Iglesia y a cada uno de sus miembros acoger, anunciar y difundir el Evangelio, pues sólo en él la humanidad podrá encontrar su plena realización."
Entre las muchas urgencias contemporáneas, el compromiso misionero "mantiene un carácter prioritario”. "Como creyentes, estamos convencidos de que sólo en Cristo Jesús la humanidad podrá encontrar y convertirse en esa única familia, tal como Dios la quiso al crearla. No son nuestras programaciones ni nuestras doctrinas las que tienen la fuerza de salvar a la humanidad sino la persona de Cristo. El encuentro con Él da plenitud de vida a los hombres. Por ello, deseamos seguir anunciando y testimoniando a Cristo dóciles a la acción del Espíritu."
El Congreso ha propuesto dos puntos importantes e interdependientes, expresados en el título: “Comunión y corresponsabilidad para la misión" en línea con las Orientaciones pastorales de los Obispos italianos para esta década. “Hemos individuado areópagos, ambientes, destinatarios que marcarán el camino misionero de nuestras Iglesias - afirma el Mensaje -. Pero es un esfuerzo que quedaría pobre y estéril si el compromiso misionero de los organismos eclesiales no estuviera marcado por una verdadera y efectiva comunión. La Missio ad gentes, en efecto, parte de la comunión y tiene por objetivo final la comunión de todos los pueblos entre ellos y con Dios. Tenemos bien presente que muchas veces la falta de comunión, las contraposiciones y la competitividad entre las fuerzas misioneras han retardado, si no completamente obstaculizado, la difusión del Reino de Dios. La misión no es propiedad de nadie, tampoco de la Iglesia, sino de Dios y es Él quien la entrega a la Iglesia. Nuestro esfuerzo en este Convenio ha sido discernir, investigar y dar nuevo dinamismo a las estructuras de comunión para la única misión en la que todos los miembros de la Iglesia y los organismos están comprometidos. Sólo si conseguimos evangelizar en comunión, la Missio ad gentes será no solo una actividad de los más implicados sino que se convertirá en el corazón mismo de la acción de la Iglesia."
Este camino requiere tiempo para ser realizado y el compromiso de todos: el Mensaje subraya que ha llegado el momento, también para la Iglesia italiana, "de delinear un proyecto misionero común, en el que cada sujeto asumirá su parte según el don conferido por el Espíritu". En la conclusión se ha afirmado que la Missio ad gentes requiere "una pobreza radical" que nos lleva a confiar solo en el poder de la Palabra de Dios y no en nuestras capacidades y recursos económicos y "la donación completa de la vida, entregándola por aquellos a los que se quiere anunciar el amor de Dios ". (S.L) (Agencia Fides 1/10/2004; Líneas: 44 palabras: 627)


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