ASIA/PAKISTAN - Hina, otra chica en la mira de los talibanes. Los Obispos: la intolerancia está aumentando

miércoles, 24 octubre 2012

Lahore (Agencia Fides) – Hina Khan es una adolescente que ha sido amenazada por los talibanes al igual que Malala Yousafzai, la chica que sufrió un atentado en el valle de Swat y que ahora se encuentra en un hospital del Reino Unido.
Hina, musulmana de 17 años de edad, vive en el valle de Swat y colabora con una campaña para la educación femenina desde que tenía 13 años. Hina ha recibido una serie de advertencias, entre ellas una “X” roja pintada en la puerta principal de su casa en Islamabad. Según los observadores, es el objetivo numero 1 en la lista de la organización “Tehrik-e-Taliban Pakistan” (TTP), la misma que ha atentado contra Malala. Actualmente Hina no puede salir de casa, ni ir a la escuela y su familia ha pedido la protección del Gobierno. En 2007 Hina denunció públicamente y con gran valentía, la “talibanización” de Pakistán: los militantes talibanes han destruido cientos de escuelas (400 solo en el valle de Swat) y privado de la educación escolar a miles de chicas. Según el Informe publicado por la Unesco la semana pasada, más de tres millones de niñas en Pakistán no pueden recibir formación escolar.
“La intolerancia ha penetrado en el tejido social poco a poco. Pakistán en 2012 se ha hecho más intolerante de lo que muestran los medios de comunicación pakistaníes”, comenta en una nota enviada a Fides, Peter Jacob, Secretario de la Comisión “Justicia y Paz” de los Obispos pakistaníes. Jacob no tiene mucha confianza en la acción política: “Aunque la retórica política está plagada de sermones sobre paz y armonía, en los altos niveles de la política se piensa que el extremismo es demasiado difícil de afrontar. Además los casos de blasfemia son difíciles de tratar, sobre todo porque las elecciones están a la vuelta de la esquina”. “Esto significa -continúa Peter Jacob con preocupación – que los grupos más vulnerables, como las minorías, las mujeres y los niños están condenados. La intolerancia ha penetrado en el tejido social y ahora se nutre de un auténtico sub-sistema económico. Es preocupante el aumento de la violencia contra los sectores más débiles, que además queda impune”. La esperanza esta, según el secretario, en estos segmentos de la sociedad civil pakistaní que, al margen de cualquier credo religiosos, “resisten activamente al embrutecimiento de la sociedad”. (PA) (Agencia Fides 24/10/2012)


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