VATICANO - Mensaje del Papa: "En la próxima Jornada Mundial del Enfermo queremos proclamar la esperanza de la salud plena para África y para toda la humanidad, comprometiéndonos a trabajar con una mayor determinación al servicio de esta gran causa"

jueves, 30 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La próxima Jornada Mundial del Enfermo se celebrará el 11 de febrero de 2005 en el Santuario de "Maria Regina de los Apóstoles", en Yaundé (Camerún), sobre el tema: "Cristo, esperanza para África". En el Mensaje dado para la ocasión, Juan Pablo II explica que esta elección "ofrecerá la oportunidad de manifestar una solidaridad concreta a las poblaciones de este Continente, tan probadas por graves faltas sanitarias."
"Numerosas enfermedades destruyen el continente, y entre todas de modo especial el flagelo del SIDA - escribe el Santo Padre -. Los conflictos y las guerras, que atormentan a no pocas regiones africanas, hacen que sean más difíciles las intervenciones destinadas a curar estas enfermedades. En los campos de prófugos y refugiados a menudo yacen personas que no disponen ni siquiera de víveres indispensables para sobrevivir". El Papa lanza un llamamiento para que los que tienen la posibilidad no dejen de comprometerse a fondo para poner fin a esas tragedias, y a los responsables del comercio de armas, les recuerda cuanto escribió en la Exhortación Apostólica "Ecclesia in África": "Los que alimentan las guerras en África mediante el tráfico de armas son cómplices de odiosos crímenes contra la humanidad."
El Papa vuelve después sobre el drama del Sida, que se presenta también como una "patología" del espíritu: " Para combatirla responsablemente es necesario aumentar la prevención mediante la educación que respete el valor sagrado de la vida y la formación de una correcta práctica de la sexualidad. En efecto, si son numerosas las infecciones por contagio a través de la sangre sobre todo durante el embarazo... lo son mucho más aquellas que tienen lugar por vía sexual y que se pueden evitar sobre todo a través de una conducta responsable y la observancia de la virtud de la castidad”.
Es deber de los gobernantes y las autoridades civiles proporcionar informaciones claras respecto a esta enfermedad así como también dedicar recursos suficientes a la educación de los jóvenes y al cuidado de la salud. "Un convencido reconocimiento va a las industrias farmacéuticas que se comprometen por mantener bajos los costos de las medicinas útiles en el tratamiento del Sida", continúa el Papa, recordando con admiración a "los muchos agentes sanitarios, a los asistentes religiosos y a los voluntarios que, como buenos samaritanos, consumen su vida al lado de las víctimas del sida y se ocupan de sus familiares. En efecto, es precioso el servicio que ofrecen miles de instituciones sanitarias católicas socorriendo, a veces en forma heroica, a los que en África están afligidos por todo tipo de enfermedades, especialmente por el sida, la malaria y la tuberculosis".
En el curso de los últimos años varios países e instituciones han sostenido campañas concretas de prevención y cuidado a los enfermos, también las Conferencias Episcopales de los otros Continentes están llamadas a unirse a los Pastores de África " para enfrentar de modo eficaz a ésta y a otras emergencias". "La solicitud de la Iglesia hacia los problemas de África no está movida únicamente por razones de compasión filantrópica hacia el hombre necesitado, sino que está animada también por la adhesión a Cristo Redentor, cuyo rostro ella reconoce en los rasgos de la persona que sufre. Por tanto, es la fe la que le mueve a comprometerse plenamente para curar a los enfermos, como lo ha hecho siempre a lo largo de la historia. Es la esperanza la que le hace capaz de perseverar en esta misión, no obstante los innumerables obstáculos que encuentra. En fin, es la caridad la que le sugiere acercarse debidamente a las diferentes situaciones y le permite percibir las peculiaridades de cada una y ofrecer una respuesta en forma adecuada".
Por último, el Mensaje recuerda que la anual celebración de la Jornada Mundial del Enfermo ofrece a todos la posibilidad de comprender mejor la importancia de la pastoral de la salud: "En Cristo está la esperanza de la verdad y de la plena salud, la salvación que Él trae es la verdadera respuesta a los interrogantes últimos del hombre. Ya no hay contradicción entre salud terrena y salud eterna, pues el Señor ha muerto por la salud integral del hombre y de todos los hombres". Al final del Mensaje el Papa invoca a Maria como "Causa de nuestra alegría": "una alegría que permanece incluso en medio de las pruebas". (S.L) (Agencia Fides 30/9/2004; Líneas: palabras:


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