ASIA/IRAK- No sólo bombas y atentados. La vida cotidiana de Irak descrita por un testigo local

jueves, 30 septiembre 2004

Bagdad (Agencia Fides) - El Padre Nizar, que ha vuelto, después de un mes, a su país, delinea un cuadro de la situación iraquí: Hay muchos problemas, pero no queremos perder la esperanza de un futuro mejor. El primer problema es el de la seguridad, seguido por la falta de trabajo".
"La obra de reconstrucción continua (reconstrucción de casas, escuelas, calles) pero además de esto, no hay otras muchas oportunidades de trabajo salvo el empleo público, dónde se registran algunas novedades positivas. El sueldo de los empleados estatales es en efecto mejor con respecto al tiempo de Saddam, cuando era de 3.000 dínares, ( = 2 $ al mes) que bastaban para comprar 2 kilos de carne. Hoy gira en torno a los 250.000-500.000 dínares, lo que permite llevar una vida digna". “Gracias a un sueldo más alto", continua el p. Nizar, se ha creado un efecto de remolque para la economía local, en efecto, muchos dependientes estatales están renovando sus casas después de 15 años sin haber podido comprar ni muebles ni electrodomésticos."
Por lo que respecta a la vida social, el p. Nizar traza el siguiente cuadro: "La vida continua, los estudiantes se están preparando para el nuevo año escolar, aunque se difunden voces que alimentan el miedo ante posibles atentados contra las escuelas. Mi ciudad está inmersa en la fiesta del matrimonio, cada día se celebran entre 4 y 6 bodas, sólo esta semana tenemos 25. Este año se han formado 200 nuevas familias."
"No hay problemas de abastecimiento de comida: los mercados están llenos con un poco de todo, incluso fruta como los plátanos, que antes raramente se encontraba. Los precios de los géneros alimentarios son aceptables y accesibles a todos".
Respecto a la situación de la Iglesia, el p. Nizar dice que "la actividad eclesial continua regularmente con encuentros de jóvenes, catecismo, apertura de nuevos centros sociales, cursos de ordenador y lenguas."
Según el p. Nizar "después de un año y medio de la caída del régimen, la gente está convencida que era necesario el cambio del régimen. He hablado con gente de diferente edad y nadie llora el pasado". P. Nizar se hace intérprete de los sentimientos de la comunidad cristiana: "Los cristianos piensan y quieran un futuro mejor para Irak, a pesar de que el miedo por el extremismo islámico es creciente. En Mossul, por ejemplo, dónde los movimientos islámicos son fuertes, nuestras jóvenes no pueden ir por la calle porque reciben amenazadas y son molestadas".
A propósito de la situación de la seguridad el p. Nizar afirma que "la gente en Bagdad convive con los atentados, que aquí no son ya noticia. Después de una hora o dos del atentado todos vuelven a su trabajo y se reemprende la vida normal. Todos tienen armas a mano, algunos las usan para defenderse, otros para imponerse. El gran problema se presenta por las nuevas bandas criminales que no tienen nada que ve con la política, secuestran a las personas que tienen actividades comerciales y piden un rescate. Ha ocurrido últimamente 3 o 4 veces en mi ciudad. Son secuestrados los médicos, ingenieros, profesores universitarios, abogados. Estas personas son amenazadas tanto por las bandas criminales como por los extremistas islámicos. Todas las personas que trabajan con los americanos y con las organizaciones humanitarias son amenazadas, de modo particular los cristianos que trabajan con estas organizaciones". (L.M) (Agencia Fides 30/9/2004 Líneas: 41 Palabras: 575)


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