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Gambo (Agencia Fides) – En la provincia del West Arsi, a 245 kilómetros al sureste de Addis Abeba, la capital de Etiopía, los Misioneros de la Consolada dirigen el Hospital general rural de Gambo. Fundado en 1922 por los frailes capuchinos, en 1975 pasó a los Misioneros de la Consolada, que cuidan a los enfermos de SIDA, de tuberculosis, de malaria, a los niños malnutridos, a las mujeres que sufren las consecuencias de la mutilación genital, y también se ocupan de muchas otras enfermedades olvidadas de las que sufre un billón de personas en todo el mundo. Un solo hospital para 100.000 habitantes del distrito, donde trabaja un personal médico casi exclusivamente local. Este es uno de los centros seleccionados por el Ministerio de Salud de Etiopía que participa en todos los programas de salud que se inician en el país africano, incluido el control de la tuberculosis y la lepra, la prevención y el diagnóstico de SIDA, el tratamiento de la desnutrición, las vacunas infantiles y los embarazos. El hospital, antes de ser lo que es hoy, era una leprosería. Como últimos detalles de su origen, en los territorios adyacentes todavía existe el barrio reservado para los leprosos, que los misioneros de la Consolada había construido para dar cabida a todos aquellos que eran marginados a causa de la enfermedad y que, debido a la pobreza extrema en la que vivía, no pudieron ser tratados a tiempo. El centro de salud trabaja con la ayuda de organizaciones internacionales como la católica española Manos Unidas que también promueve aquí su campaña “La Salud derecho de todos: ¡Actúa!”. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud está pandemia está presente en 114 países. Cada año, sigue provocando la invalidez a 2 millones de personas. Si se detecta a tiempo se cura fácilmente con antibióticos. La incubación dura alrededor de 5 años, pero los síntomas pueden tardar hasta 20 años antes de aparecer. (AP) (24/7/2012 Agencia Fides)
