Octubre del 2004: "A fin de que en el continente latinoamericano aumente la presencia cualificada de los católicos en la vida nacional y en los medios de comunicación social" Comentario a la intención misionera indicada por el Santo Padre a cargo de Su Eminencia el Card. Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de la Ciudad de México (México)

lunes, 27 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre en la Exhortación Apostólica Post sinodal Ecclesia in America, recuerda a los laicos la necesidad de que sean conscientes de su dignidad de bautizados, y pide a los Pastores que estimen profundamente su testimonio y la acción evangelizadora. La renovación de la Iglesia en América no será posible sin la presencia activa de los laicos, por lo que en ellos recae, en gran parte el futuro de la Iglesia.
Uno de los ámbitos en los que se realiza la vocación de los fieles laicos es el de ordenar las realidades temporales conforme a la voluntad de Dios, y esto a través de la diversidad de carismas y ministerios que posee el laicado.
La participación de los laicos en los medios de comunicación social y en la ordenación de la sociedad conforme a los principios cristianos, es decir, la vocación política, nos abre a valorar y estimular estos campos específicos de apostolado.
Sabemos que la solidaridad es una virtud eminentemente cristiana. Es fundamentalmente ejercicio de comunicación de los bienes espirituales aún más que comunicación de bienes materiales.
Nos enseña el Catecismo de la Iglesia que las diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de "talentos" particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten. Las diferencias alientan y con frecuencia obligan a las personas a la magnanimidad, a la benevolencia y a la comunicación. Incitan a las culturas a enriquecerse unas a otras: Yo no doy todas las virtudes por igual a cada uno... hay muchos a los que distribuyo de tal manera, esto a uno, aquello a otro... A uno la caridad, a otro la justicia, a éste la humildad, a aquél una fe viva... En cuanto a los bienes temporales las cosas necesarias para la vida humana las he distribuido con la mayor desigualdad, y no he querido que cada uno posea todo lo que le era necesario para que los hombres tengan así ocasión, por necesidad, de practicar la caridad unos con otros... He querido que unos necesitasen de otros y que fuesen mis servidores para la distribución de las gracias y de las liberalidades que han recibido de mí. [Santa Catalina de Siena] (Catecismo de la Iglesia Católica, 1937)
Se desprende de esta enseñanza la necesidad de que los cristianos se comprometan más en las decisiones sobre el destino de sus pueblos y que lo hagan de por todos los medios posibles y que usen de los medios de comunicación de manera ética para estos nobles fines. La Iglesia reconoce que estos instrumentos, rectamente utilizados, prestan ayuda valiosa al género humano, puesto que contribuyen eficazmente a distender y cultivar los espíritus y a propagar y afirmar el reino de Dios, a evangelizar y extender la salvación a todos los hombres (Inter Mirifica , 2)
El Santo Padre exhorta a los habitantes de nuestro continente y nos dice que: “América necesita laicos cristianos que puedan asumir responsabilidades directivas en la sociedad. Es urgente formar hombres y mujeres capaces de actuar, según su propia vocación, en la vida pública, orientándola al bien común. En ejercicio de la política, vista en el sentido más noble y auténtico como administración del bien común, ellos pueden encontrar también el propio camino de la santificación. Para ello es necesario que sean formados tanto en los principios y valores de la doctrina social de la Iglesia, como en nociones fundamentales de la teología del laicado. El conocimiento profundo de los principios éticos y de los valores morales cristianos les permitirá hacerse promotores en su ambiente…” (Ecclesia in America 44)
Hemos de orar para que esta intención del Santo Padre en este mes de octubre sea bendecida por el Señor, para que por el uso eficaz y ético de los medios de comunicación y por la acción de los laicos en la política, la Iglesia tenga una presencia vivificante en nuestro mundo, en nuestro continente americano. (Card Norberto Rivera Carrera) (Agencia Fides 27/9/2004; Líneas: 50 Palabras: 720)


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