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Castel Gandolfo (Agencia Fides) – “La música es armonía de las diferencias, como ocurre cada vez que se inicia un concierto, con el ‘rito’ de la afinación. De la multiplicidad de los timbres de los diversos instrumentos, puede surgir una sinfonía. Pero esto no ocurre ¡mágicamente, ni automáticamente! Se realiza sólo gracias al empeño del Director y de cada músico individualmente. Un empeño paciente, fatigoso, que requiere tiempo y sacrificios, en el esfuerzo de escucharse recíprocamente, evitando protagonismos excesivos y privilegiando el mejor resultado del conjunto”. Lo ha señalado el Santo Padre Benedicto XVI en su discurso al finalizar el concierto ofrecido ayer 11 de julio, fiesta de San Benito Abad, en el Patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, por la West-Eastern Divan Orchestra, bajo la dirección del Maestro Daniel Barenboim.
“Pueden imaginar cuánto sea feliz de acoger una Orquesta como esta, que ha nacido de la convicción, es más, de la experiencia que la música une a las personas, más allá de toda división” ha afirmado el Pontífice, que ha continuado diciendo: “la mente se dirige a la gran sinfonía de la paz entre los pueblos, que nunca se cumple del todo. Mi generación, como también aquella de los padres del Maestro Barenboim, han vivido la tragedia de la segunda guerra mundial y de la Shoah. Y es muy significativo que Ud., Maestro, luego de haber alcanzado las cimas más altas para un músico, haya querido dar vida a un proyecto como aquel de la West-Eastern Divan Orchestra: un grupo en el que interpretan juntos músicos israelíes, palestinos y de otros Países árabes; personas de religión judía, musulmana y cristiana. Los numerosos reconocimientos con los cuales Ud. y esta Orquesta han sido distinguidos demuestran, al mismo tiempo, la excelencia profesional y el compromiso ético y espiritual”.
Después de recordar que las dos celebres Sinfonías realizadas (Sinfonía n.6 en Fa mayor "Pastoral" y Sinfonía N. 5 en do menor de Ludwig van Beethoven”) expresan “dos aspectos de la vida: el drama y la paz, la lucha del hombre contra el destino adverso y la inmersión tranquilizadora en el ambiente bucólico”, Benedicto XVI ha afirmado: “El mensaje que hoy quisiera extraer es este: para alcanzar la paz es necesario comprometerse, dejando de lado la violencia y las armas, comprometerse con la conversión personal y comunitaria, con el dialogo, con la búsqueda paciente de los posibles entendimientos”. Dando las gracias al Maestro Barenboim y a la West-Eastern Divan Orchestra, el Santo Padre les ha deseado “que continúen sembrando por el mundo la esperanza de la paz a través del lenguaje universal de la música”. (SL) (Agencia Fides 12/07/2012)
