VATICANO - El Papa en Pentecostés: “Jesús envía su Espíritu a la Iglesia, para que cada cristiano pueda llegar a ser su válido testigo en el mundo”

lunes, 28 mayo 2012

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Jesús, resucitado y ascendido al cielo, envía su Espíritu a la Iglesia, a fin de que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y llegar a ser su válido testigo en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, vence la aridez, abre los corazones a la esperanza, anima y favorece en nosotros la madurez interior en la relación con Dios y con el prójimo”. Con estas palabras el Santo Padre ha introducido la oración mariana del Regina Caeli del domingo de Pentecostés, 27 de mayo.
El Papa ha anunciado también que el próximo 7 de octubre, al inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, proclamará a san Juan de Ávila y a santa Hildegarda de Bingen, Doctores de la Iglesia universal. “Estos dos grandes testigos de la fe vivieron en períodos históricos y ambientes culturales muy diversos – ha dicho el Santo Padre -. Pero la santidad de la vida y la profundidad de la doctrina los hacen perennemente actuales… Sobre todo a la luz del proyecto de una nueva evangelización, a la que será dedicada la mencionada Asamblea del Sínodo de los Obispos, y a la vigilia del Año de la Fe, estas dos figuras de Santos y Doctores se presentan con relevante importancia y actualidad. También en nuestros días, a través de su enseñanza, el Espíritu del Señor resucitado sigue haciendo resonar su voz e iluminado el camino que conduce a esa única Verdad que puede hacernos libres y dar sentido pleno a nuestra vida”.
En la Solemnidad de Pentecostés, el Pontífice ha presidido la Celebración Eucarística en la Basílica Vaticana, concelebrada por Cardenales, Arzobispos y Obispos. En su homilía ha recordado que “este misterio constituye el bautismo de la Iglesia, es un acontecimiento que le ha dado, por así decir, “la forma inicial y el impulso para su misión”. Deteniéndose en un “aspecto esencial del misterio de Pentecostés”, Benedicto XVI ha puesto de relieve que “es la fiesta de la unión, de la comprensión y de la comunión humana”. Pero “la unidad puede existir solamente con el don del Espíritu de Dios, el cual nos dará un corazón nuevo y una lengua nueva, una capacidad nueva de comunicar. Esto es lo que se verificó en Pentecostés… desapareció el miedo, el corazón sintió una fuerza nueva, las lenguas iniciaron a hablar con franqueza, de modo que todos pudieran comprender el anuncio de Jesucristo muerto y resucitado. En Pentecostés, donde había división y enajenación, nacieron unidad y comprensión” (SL) (Agencia Fides 28/05/2012)


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