EUROPA/SUIZA - Fiesta de Primavera Scalabriniana: llamados a dar testimonio, como cristianos, de que es posible vivir la comunión en medio de la diversidad

martes, 8 mayo 2012

Solothurn (Agencia Fides) - “Para qué los colores de Dios encuentren casa - en camino hacia Pentecostés” ha sido el título de la Fiesta de primavera Scalabriniana 2012. El encuentro, dirigido a jóvenes, adultos y familias con sus hijos, se ha llevado a cabo del 4 al 6 de mayo en el Centro Internacional de Formación (Internationales Bildungszentrum) “GB Scalabrini” de las Misioneras Seculares Scalabrinianas, en Solothurn, Suiza. Han estado presentes unos 400 participantes de 34 nacionalidades – del lugar, inmigrantes y refugiados de diferentes continentes -, unidos por el deseo de vivir una experiencia de Iglesia, donde la variedad de “colores”, es decir, de las lenguas, culturas, edades y condiciones de vida, junto con la originalidad y la singularidad de cada uno, pueden encontrar un espacio y expresarse en el servicio mutuo y la comunión.
La reflexión ha tenido lugar en diálogo con el nuevo Obispo de Basilea, Su Exc. Mons. Felix Gmür, que desde hace poco más de un año está al frente de la diócesis más grande de Suiza. Partiendo del título de la fiesta, el Obispo se ha referido a la realidad de los colores en el mundo físico. La gama de colores existentes es mucho más grande de la que nuestros ojos pueden percibir: por tanto en la naturaleza hay un gran potencial y una belleza extraordinaria, más allá de lo que se puedes ver por sí mismos. Los colores se pueden reconocer sólo como variaciones de la luz.
La afirmación de Jesús: “Yo soy la luz del mundo”, nos revela, en el ámbito de la fe, cuál es la verdadera fuente de todas las muchas diferencias que enriquecen el rostro de la Iglesia y del mundo. En Pentecostés, es el Espíritu de Cristo crucificado y resucitado, el Espíritu de amor, quién permite que todas las diferencias puedan entenderse recíprocamente. Pentecostés, se convierte en la fiesta de la infinita diversidad y al mismo tiempo de la unidad: una alegría y un desafío. Como cristianos estamos llamados a dar testimonio de que es posible vivir la comunión entre medio de la diversidad en un mundo que a menudo parece ir en la dirección opuesta, como nos lo muestran por ejemplo las migraciones forzadas, o la persecución de los cristianos y otras minorías.
En los grupos de intercambio y en algunos talleres se ha profundizado sobre estos temas y se han planteado interrogantes sobre nuestro compromiso en el dar testimonio. La celebración eucarística ha sido presidida por el Obispo auxiliar de Basilea, Su Exc. Mons. Martin Gächter, y concelebrada por el Padre G. Bortolamai, misionero Scalabrino, por el P. Ihab, sacerdote iraquí y algunos sacerdotes de Suiza. (LD/SL) (Agencia Fides 08/05/2012)


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