VATICANO - Seminario de estudio para los Obispos - El Obispo moderador, promovedor y custodio de la vida litúrgica en su diócesis: relación del Card. Francis Arinze

viernes, 17 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El encargo de santificar a través de la santa Liturgia constituye la cumbre del servicio que el Obispo está llamado a ejercer en la Iglesia en nombre de Cristo": sobre este tema se ha centrado hoy el Card. Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, interviniendo en el Seminario de estudio para los Obispos promovidos por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
"El Concilio Vaticano II insiste sobre el hecho de que la liturgia es la cumbre hacia la que tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, es la fuente de la que proviene todo su poder.... Las diferentes obras de apostolado de la Iglesia (predicación, catequesis, instrucción escolar, asistencia social, conferencias pastorales, retiros espirituales...) tienen todos como objetivo común el hacer todo lo posible para que la gente crea en Cristo, sea bautizada y partícipe en las celebraciones litúrgicas, sobre todo en el sacrificio y sacramento de la Santa Eucaristía" afirmó el Cardenal Arinze.
El Obispo, "en cuanto primer dispensador de los misterios de Dios en la Iglesia particular que le ha sido confiada", es el moderador, promotor y custodio de la vida litúrgica en su diócesis. Es su deber suscitar en los sacerdotes, diáconos y en los laicos "un auténtico sentido litúrgico", para que participen consciente, activa y fructuosamente en la Celebración Eucarística. Es también deber del Obispo vigilar para que las celebraciones litúrgicas se desarrollen con la dignidad debida, sin añadiduras, supresiones o modificaciones, para producir los máximos frutos de santificación en la diócesis.
"Los Obispos, en nombre de Cristo Esposo, comunican las gracias de la redención al pueblo de Dios sobre todo celebrando la santa Liturgia, y los sacramentos ocupan el primer puesto", dijo el Cardenal, centrándose en los Sacramentos reservados al Obispo por su particular sentido, e invitando a estudiar con atención el "Pontifical Romano" y el "Caeremoniale Episcoporum."
"En la promoción de la santificación del pueblo de Dios, los sacerdotes son asociados más estrechamente al Obispo diocesano.... Ellos hacen realmente presente al Obispo en las parroquias, capillas y en otras instituciones que están en la diócesis". Es por lo tanto necesario asegurar una adecuada formación litúrgica en los seminarios y en los institutos religiosos, como es igualmente necesaria una formación permanente que garantice la continua puesta al día. En particular el Card. Arinze exhortó a estar atentos en la preparación de la homilía, "que es el instrumento principal de la formación religiosa para la mayor parte de los católicos durante la semana."
El Cardenal se centró después en el papel particular de la Iglesia Catedral, "lugar rico de significado, simbolismo e importancia", dónde el Obispo tiene su "cátedra", y sobre la necesidad de preparar al pueblo de Dios para una participación fructuosa en la liturgia. Por último, hablando de la inculturación, el Card. Arinze ha subrayado que esta debería ser considerada como "un fenómeno normal en el cuadro de la evangelización", para que sea "sana y esmerada", y exhortó a seguir las indicaciones de la Santa Sede a este respecto, evitando "los cambios frecuentes o la introducción de rituales aprobados, según la fantasía del celebrante", que van contra la sensibilidad del pueblo de Dios. (S.L) (Agencia Fides 17/9/2004; Líneas: 41 palabras: 564)


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