EUROPA/ESPAÑA - "La paz exige una actitud positiva, que sepa unir el respeto de la identidad de los emigrantes con el patrimonio cultural de las poblaciones que los acogen" escriben los Obispos españoles en el Mensaje para la Jornada de las Migraciones: "Iguales o distintos... en paz"

jueves, 16 septiembre 2004

Madrid (Agencia Fides) - Con ocasión de la próxima celebración de la Jornada Nacional de las Migraciones, que se celebra el 26 de septiembre, la Comisión Episcopal para las Migraciones de la Conferencia Episcopal Española ha publicado una carta pastoral titulada "Iguales o distintos... en paz" dónde se afirma que "el modo con que nos situamos ante quien es diferente de nosotros hará que las diferencias degeneren en conflictos o por el contrario, hará caer los prejuicios y hará madurar la comprensión, en la perspectiva de la hermandad y la paz entre todos". Por lo tanto, "allí donde el encuentro y la interacción entre las diversas culturas no se ha resuelto oportunamente, las tensiones se han transformado en causas de conflictos periódicos". Por consiguiente "un requisito fundamental para alcanzar una convivencia pacífica, es que haya tanto de una parte como de la otra, un verdadero empeño hacia la integración en el plano social y la interacción en el plano cultural."
El Mensaje de los Obispos señala, en esta perspectiva, que para conseguir la paz es indispensable una educación al diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico, en cuánto "el diálogo interreligioso, además de curar posibles heridas del pasado y eliminar obstáculos para el camino de la fe, permitirá ofrecer a la humanidad del tercer milenio los valores espirituales comunes que son necesarios recobrar con urgencia para actuar el proyecto de una sociedad digna del hombre."
"La paz - continúan los Obispos - exige también una actitud positiva, que sepa unir el respeto de la identidad de los emigrantes con el patrimonio cultural de las poblaciones que los acogen."
El documento de los Obispos recuerda a las Iglesias locales que además de la disponibilidad y apertura para acoger todo y la obligación de contribuir a la defensa de los emigrantes y a su dignidad, estas tienen otro empeño no menos importante: promover una sólida formación de los fieles cristianos para convivir fraternalmente con quienes son distintos. Invitan luego a las parroquias a "ser lugares de acogida, de encuentro, de curación y canalizadores de las mejores energías". (R.Z) (Agencia Fides 16/9/2004; Líneas: 30 Palabras: 390)


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