AMERICA - El drama de las prisiones superpobladas a merced de la violencia y el compromiso de la Iglesia

viernes, 17 febrero 2012

Roma (Agencia Fides) – El Santo Padre Benedicto XVI ha expresado su profundo pesar por las víctimas del incendio que el 15 de febrero ha asolado la cárcel de Comayagua, en Honduras, causando centenares de muertos y decenas de heridos (véase Fides 16/02/2012). En un mensaje firmado por el Secretario de Estado, el Cardenal Tarcisio Bertone, Benedicto XVI eleva sus "fervientes oraciones" por los más de 350 muertos, expresando su "cercanía espiritual" a los miembros de la familia con la esperanza de una “rápida y plena recuperación de los heridos”. El Papa, en un momento "de tristeza tan grande", invoca para todos, “la amorosa protección de Nuestra Señora de Suyapa”.
La triste situación de hacinamiento en las cárceles de América Latina por desgracia está muy extendida, pero no falta el compromiso de la Iglesia para ayudar a los detenidos, e instar a las autoridades a resolver los problemas más acuciantes. En Chile, la Iglesia ha denunciado en repetidas ocasiones esta dramática realidad: en diciembre de 2010, 81 encarcelados perdieron la vida en una rebelión provocada por la sobre-población (véase Fides 10/12/2011). En Venezuela, a finales de julio de 2011, el Cardenal Urosa pidió al Ministro Iris Varela, adoptar medidas para mejorar las condiciones de más de 49.000 presos en el país. Durante varios meses, el Cardenal Urosa y los obispos de Venezuela habían lanzado un llamamiento para resolver la situación de las cárceles nacionales, especialmente después de los terribles actos de violencia sucedidos en junio de 2011 en la cárcel del "Internado Judicial Capital El Rodeo I" en Guatire, en el Estado de Miranda (véase Fides 18/06/2011).
“Hay que construir nuevas prisiones. Debemos urgentemente hacer frente a este problema. No es posible que las cárceles estén como están ahora, controladas por los presos más violentos” ha afirmado el Cardenal Urosa (véase Fides 01/08/2011), reafirmando lo que ya había dicho precedentemente: “sólo con cambios efectivos en el sistema penitenciario del país podrá resolver este problema” (véase Fides 24/06/2011).
En México, la Iglesia Católica trabajado duro en 482 centros penitenciarios del país, donde hay más de 220.000 presos, y donde más de 4.000 trabajadores de pastoral realizan visitas pastorales al menos una vez a la semana. En algunas cárceles no hay presencia de la Iglesia católica sólo porque las autoridades ponen dificultades al ser prisiones de máxima seguridad (véase Fides 13/07/2011).
A veces se han producido tensiones entre la Iglesia y las autoridades responsables, como el caso en el que a un obispo se le prohibió entrar en una cárcel del Estado porque se había atrevido a decir que los animales del zoológico estaban mejor alimentados que los presos de su diócesis. En respuesta, el gobernador no le dejó entrar en ninguna prisión durante tres años. (véase Fides 13/07/2011).
En Colombia, según las últimas estadísticas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), las infraestructuras carcelarias colombianas tienen una capacidad para 72,785 detenidos pero actualmente existen cerca de 91 mil. El problema del hacinamiento en las cárceles fue uno de los temas que se abordó en el Encuentro Regional del Centro de la Pastoral Penitenciara en el 2011 (véase Fides 11/06/2011).
En El Salvador, 23 delincuentes juveniles murieron en el incendio de noviembre de 2010 (véase Fides 15/11/2010). La Iglesia en El Salvador en el pasado ya había expresado su preocupación sobre la situación de las cárceles en el país (véase Fides 11/10/2010). La prisión de Ilobasco es un centro de detención para jóvenes mayores de 18 años condenados cuando eran menores de edad y que no puede cumplir sus condenas en cárceles de adultos. De hecho, las víctimas del incendio tenían entre 19 y 25 años de edad. Según las cifras dadas a conocer por los medios de comunicación, el sistema penitenciario en El Salvador tiene una población de 15.207 reclusos. De estos, 14.280 son hombres y 927 son mujeres. Mientras que en curso de proceso, en espera de una sentencia definitiva se encuentran otros 8.324 (7.073 hombres y 1.251 mujeres) (CE) (Agencia Fides, 17/02/2012)


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