VATICANO - Llamamiento del Papa “para que se ponga fin a la violencia y al derramamiento de sangre” en Siria y por las poblaciones del Sahel

lunes, 13 febrero 2012

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El Santo Padre Benedicto XVI lanzó “un apremiante llamamiento para que se ponga fin a la violencia y al derramamiento de sangre” en Siria al terminar la recitación del Ángelus el domingo 12 de febrero, con estas palabras: “Sigo con mucha preocupación los dramáticos y crecientes episodios de violencia en Siria. En los últimos días han causado numerosas víctimas mortales. Recuerdo en la oración a los fallecidos, entre ellos algunos niños, a los heridos y a cuantos sufren las consecuencias de un conflicto cada vez más preocupante. Además, renuevo un apremiante llamamiento para que se ponga fin a la violencia y al derramamiento de sangre. Así como invito a todos – y ante todo a las autoridades políticas de Siria - a privilegiar la senda del diálogo, de la reconciliación y del compromiso por la paz. Es urgente responder a las legítimas aspiraciones de los diversos componentes de la Nación, así como a los auspicios de la comunidad internacional, preocupada por el bien común de toda la sociedad y de la Región”.
Al recibir en audiencia a los miembros de la “Fundación Juan Pablo II para el Sahel”, el 10 de febrero, el Santo Padre lanzó un nuevo llamamiento por el Sahel, que está amenazado por carestías, sequías y desertificación. “Desafortunadamente, en los últimos meses, el Sahel ha vuelto a estar gravemente amenazado por una disminución importante de los recursos alimentarios y por el hambre, a causa de la falta de lluvia y del consiguiente avance constante del desierto - dijo el Pontífice -. Exhorto a la comunidad internacional a interesarse seriamente por la extrema pobreza de estas poblaciones en las que las condiciones de vida se deterioran. Deseo también alentar y apoyar los esfuerzos de los organismos eclesiales que operan en este campo”. En su discurso, el Santo Padre observo: “se tiende a describir África en modo reductivo y con frecuencia humillante, como el continente de los conflictos y de los problemas sin fin e insolubles. Al contrario, África que hoy acoge la Buena Nueva, es para la Iglesia el continente de la esperanza. Para nosotros, para vosotros, es el continente del futuro.” (SL) (Agencia Fides 13/02/2012)


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