VATICANO - El Papa a los Obispos de Nueva Zelanda: "la necesidad urgente del mensaje liberador de Cristo en una sociedad que experimenta las trágicas consecuencias del eclipse del sentido de Dios"

martes, 14 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Los neozelandeses esperan de vosotros que seáis hombres de esperanza, que predican y enseñan con pasión el resplandor de la verdad de Cristo que expulsa las tinieblas e ilumina el auténtico camino de vida": es la exhortación que el Santo Padre, Juan Pablo II, ha dirigido a los Obispos de Nueva Zelanda con ocasión de su visita Ad limina. El Papa los recibió en audiencia el lunes 13 de septiembre, en la residencia de Castel Gandolfo.
Saludando a los Obispos y a sus Comunidades, el Papa dijo: "Viniendo de una nación insular tan lejana, certificáis la fuerza de la comunión que ‘tutela las legítimas diversidades y, al mismo tiempo, vigila para que la particularidad no sólo no dañe a la unidad, sino que la sirva’” (Pastores gregis, 57). Deteniéndose en particular sobre la situación de Nueva Zelanda, marcada por el laicismo, el Santo Padre ha evidenciado que "la escasa observancia de la Misa dominical difumina la luz del testimonio de Cristo en vuestro País. Cuando el domingo es subordinado al concepto popular de 'fin de semana' y está injustamente dominado por el entretenimiento y el deporte, en vez de santificar y revitalizar realmente a las personas, estas quedan atrapadas en una búsqueda implacable, y a menudo sin sentido, de la novedad y no pueden experimentar la frescura del agua viva de Cristo".
De la liturgia "la Iglesia extrae la fuerza para la propia misión evangelizadora": es un deber de todo cristiano, que nadie puede eludir. Los discípulos del Señor son enviados a anunciar su Palabra en las casas, escuelas, puestos de de trabajo, "no pueden ser tan absorbidos por los aspectos interiores de la vida parroquial hasta el punto de descuidar el mandamiento de evangelizar activamente a los otros”. Entre los desafíos que la Iglesia tiene que afrontar en Nueva Zelanda está también la defensa de la santidad y la unicidad del matrimonio cristiano: "cualquier intento de igualar el matrimonio a otras formas de cohabitación, viola su papel único en el plan de Dios para la humanidad."
En el plano cultural, el Santo Padre ha expresado su vivo aprecio por la contribución "excepcional" ofrecida por las escuelas católicas a la evangelización de la cultura, y después ha agradecido a los numerosos laicos que junto con los religiosos se dedican al apostolado de la catequesis y la educación religiosa, lanzando un llamamiento particular a los religiosos de vida apostólica para que refuercen su empeño por el apostolado educativo y escolar, y propongan a los jóvenes "el ideal de consagración y misión que se encuentra en los distintos estados de la vida eclesial". Por último el Papa ha expresado su satisfacción por el compromiso de colaboración entre Obispos, por el altruismo y el compromiso pastoral de los sacerdotes.
En su saludo al Santo Padre al inicio de la audiencia, el Presidente de la Conferencia Episcopal neozelandesa, Su Exc. Mons. Denis George Browne, Obispo de Hamilton, ha subrayado que los Obispos de Nueva Zelanda han venido a reunirse con el Papa desde una tierra muy lejana, por ello sienten la necesidad de un mayor y más profunda cercanía espiritual con el Vicario de Cristo: "Los Obispos aprecian mucho la fuerte enseñanza que el Papa imparte a toda la Iglesia y se afanan porque la gente haga propias estas enseñanzas". En el 2001 los Obispos se reunieron para reflexionar juntos sobre la Carta apostólica "Novo Milenio Ineunte": después de una semana de oración y reflexión cada uno ha vuelto a su diócesis decidido a renovar la vida espiritual de su diócesis y a trabajar en estrecho contacto con los otros Obispos. Uno de los frutos ha sido la primera Asamblea de sacerdotes diocesanos, realizada el año pasado con gran éxito. Mons. Browne también ha subrayado al gran empeño de sacerdotes, religiosos y laicos, tanto en la vida de la Iglesia como en la promoción vocacional, que deben afrontar en la actualidad los desafíos de una sociedad secularizada. (S.L) (Agencia Fides 14/9/2004 - Líneas: Palabras:


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