ASIA - Obispos, sacerdotes y laicos asiáticos entre los refugiados de Birmania de la etnia Karen, "los invisibles"

jueves, 19 enero 2012

Bangkok (Agencia Fides) - Durante tres días un grupo de obispos, sacerdotes y laicos en Asia viven las dificultades, os sufrimientos y la pobreza extrema de los refugiados de la etnia Karen de Birmania, acampados en los campos de refugiados en la frontera entre Tailandia y Myanmar: es la " iniciativa, que forma parte de un programa organizado por la Oficina para el Desarrollo Humano, de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC) (ver Fides 18/01/2012).
Entre ellos se encontra su excelencia monseñor Berard Toshio Oshikawa, OFM, Obispo de Naha (Okinawa), en Japón, que cuenta a Fides "la extraordinaria experiencia de compartir el Evangelio": "Para nosotros es un día muy significativo: estar junto los pobres, personas víctimas de graves injusticias, nos recuerda que la Iglesia de Asia, como decía Pablo VI, debe ser una Iglesia de los pobres. Es una valiosa iniciativa que esperamos tenga secuelas".
Del grupo es también parte de p. Nithiya Sagayam OFM Capp, Secretario Ejecutivo de la Oficina de Desarrollo Humano de la FABC, organizador del programa. P. Sagayam dice a Fides: "Vivimos con alegría esta experiencia de inmersión en la pobreza. Estamos en un campo de refugiados de la etnia karen, con los refugiados de Birmania. Están aquí desde hace más de diez años, en una zona fronteriza. No han tenido acceso a la educación, no hay escuelas, ni asistencia médica, ni seguridad. Están olvidados por todos. El gobierno tailandés ha dejado de prestar ayuda humanitaria y sólo Cáritas y otras ONG se preocupan de ellos. Les falta la identidad, por lo que son "invisibles". De hecho, los niños nacidos aquí legalmente no existen, no tienen valor jurídico. Queremos presentar un recurso ante el gobierno de Tailandia y llevar sus problemas a la atención de las Naciones Unidas. Dados los cambios en Myanmar, algunos esperan regresar a su país, pero no sabemos si será posible".
Como se ha explicado a la Agencia Fides, los obispos y los delegados se dividieron en cuatro grupos: uno vive entre los refugiados birmanos; otro se encuentra en un barrio de trabajadores inmigrantes; otro ayuda a los pacientes de SIDA en una clínica; y el último pasa tres días en un centro de rehabilitación para las víctimas de la trata de seres humanos. El programa finalizará con tres días de reflexión y de intercambio, para preparar directrices y estrategias de intervención que se presentarán a las respectivas Conferencias Episcopales. (PA) (Agencia Fides 19/01/2012)


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