VATICANO - Seminario de estudio para Obispos - "Delante a las dramáticas y persistentes divisiones y laceraciones del mundo, la Iglesia está llamada, por sus Pastores, a dar razón de la esperanza de la cual es portadora": la intervención del Card. Darío Castrillón Hoyos

jueves, 9 septiembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “De frente a las dramáticas y persistentes divisiones y laceraciones del mundo, la Iglesia está llamada, mediante sus Pastores, Sucesores de los Apóstoles, a dar razón de la esperanza de la que es portadora, anunciando y testimoniando la Palabra de Dios, que es palabra salvadora, el Verbo de la vida, que da paz y unidad a los hombres de cada raza y condición”. El Card. Darío Castrillón Hoyos, Prefecto de la Congregación para el Clero, ha intervenido al Seminario de estudio promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el miércoles 7 de septiembre, ilustrando el tema “El Obispo y el ejercicio del Munus docendi.”
El Cardenal ha articulado su relación desarrollando tres temáticas estrechamente conexas: la raíz sacramental del “Munus docendi”, la finalidad evangelizadora y misionera del ministerio episcopal, la inculturación y el diálogo interreligioso. “Cristo se hace presente en nosotros, Pastores visibles a los ojos de los fieles, de manera que 'de modo eminente y visible' sostengamos a las partes del mismo Cristo maestro, pastor y pontífice, y actuemos en su persona” ha dicho el Card. Castrillón Hoyos.
El ministerio de enseñanza del Obispo “es un don de Cristo glorificado en el Espíritu Santo”, “es un don para la Iglesia que lleva a cada uno de los fieles la Palabra salvadora que convierte y salva” ha continuado el Cardenal. “En el desarrollo de nuestro ministerio y en la programación de las actividades pastorales en nuestras diócesis, tenemos que tener siempre presente que la palabra del Obispo no es nunca sólo un mensaje o la transmisión de una información: ella tiene un contenido salvador, porque en ella Cristo obra”.
Entre los ministerios del Obispo se destaca de modo particular aquel de anunciar la Palabra de Dios en todos los ángulos de la tierra, siempre en plena unión con Cristo y su Iglesia: “es una misión que consiste en salvaguardar santamente y anunciar con valentía la fe, defendiendo el pueblo cristiano de frente a los errores que lo amenazan.”
Sobre el tema de la inculturación, el Card. Castrillón Hoyos ha subrayado que la misión episcopal de enseñanza que los Obispos realizan en los Países de misión “es verdadera inculturación del Evangelio: anunciáis y testimoniáis el misterio de Cristo, sabiendo que es el criterio fundamental de toda auténtica inculturación”. La primera ley de toda inculturación es “hacer habitar el Evangelio en una determinada cultura”: es un proceso profundo que necesita tiempos justos, que a veces “nosotros juzgamos lentos o demasiado largos porque vivimos contagiados por la idolatría del eficientismo y de los resultados inmediatos, de la cultura de los resultados vistosos y en todas las maneras.”
Al fin el Card. Castrillón Hoyos ha recordado que a la luz de la Sagrada Escritura y del Magisterio, “el Obispo no ve un contraste entre el anuncio de Cristo y el diálogo interreligioso, no son incompatibles, más bien, el uno es consecuencia del otro”. (S.L) (Agencia Fides 9/9/2004; Líneas 41 - Palabras 530).


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