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Roma (Agenzia Fides) - “La masacre de los inocentes acaecida hace unos días en Osetia del Norte ha conmovido el mundo. Sin embargo, no olvidemos que desde Osetia del Sur más de tres mil mujeres y niños se han refugiado, en las últimas semanas, en otras regiones de Georgia. Si no se interviene a tiempo con iniciativas de paz y de promoción social, aquella zona puede convertirse en un foco difícil de contener y peligroso para todos. Se necesitan ideas y medios para que el Cáucaso entero no se convierta en un polvorín”. Ésta es la exhortación de Mons. Claudio Gugerotti, Nuncio Apostólico en Georgia, relanzado por Càritas Italiana, que recuerda la pobreza del país al que pertenece Osetia del Sur (mientras que Osetia del Norte, donde se encuentra la escuela de Beslan, pertenece a Rusia). “Los refugiados de estos días se suman a los cientos de miles de refugiados que desde hace años son sin casa ni trabajo. Se trata de una situación determinada por la inestabilidad de la región, potencial zona de acción del terrorismo”, subraya el Nuncio apostólico.
En Osetia del Norte (Rusia), desde que empezó la tragedia en la escuela de Beslan, Càritas está presente allí con un grupo de voluntarios, incluidos dos psicólogos. Se trabaja sin cesar y ya se ha proveído de material sanitario y medicamentos dos hospitales de Vladikavkaz, donde están hospitalizados los niños de Beslan. Se están estudiando otras formas de ayuda. Las intervenciones a medio plazo que se están poniendo en marcha son las siguientes: asistencia médica en los dos hospitales de Vladikavkaz para los hospitalizados crónicos; abastecimiento de víveres para las familias que han perdido a sus hijos, muchas de las cuales en estos días se han quedado sin ingresos; apoyo psicológico a las familias de Beslan y en los hospitales; recintos de rehabilitación para los niños. En Osetia del Sur (Georgia), a pesar de los esfuerzos, las autoridades locales no logran responder a todas las necesidades de la extenuada población, caracterizada por un porcentaje elevadísimo de niños. Han abandonado sus casas a consecuencia del agravamiento de los choques entre el ejército regular y las fuerzas separatistas de la provincia. Se trata de una región montañosa y las noches son ya muy frías. Las personas no tienen vestuarios que puedan abrigarles del frío. Ya durante la segunda mitad del mes de agosto, Càritas Georgia hizo llegar a los refugiados dos camiones cargados de víveres, ropa, artículos sanitarios y equipos escolares. Sin embargo los víveres han durado sólo dos semanas y los refugiados continúan a necesitar de todo.
Padre Witold Szulczynski, director de Càritas Georgia, y Mons. Gugerotti, han lanzado a la red internacional Càritas una apelación para recoger 150.000 euros para seguir realizando intervenciones de urgencia. «Nos dirigimos a las conciencias - termina Mons. Gugerotti - para que se movilicen y apoyen los esfuerzos inmediatos de los que quieren parar la escalada de la violencia». (S.L.) (Agenzia Fides 8/9/2004; líneas 38; Palabras 529)
