ÁFRICA - ¿La situación cada vez más inestable y compleja de Burundi y Congo tras la matanza de refugiados congoleses en Burundi a mediados de agosto? A Fides una acreditada contribución

viernes, 3 septiembre 2004

Roma (Agenzia Fides)- “Matanzas africanas, matanzas tribales”. Cuántas veces la prensa del mundo occidental utiliza estas palabras para hablar de la enésima masacre de civiles africanos inocentes, sin brindar una clave de lectura para comprender las razones de una violencia aparentemente incomprensible. Gracias al trabajo de misioneros y de personas de buena voluntad, la Agencia Fides quiere ahondar en las razones de la masacre de 166 refugiados congoleses (en mayoría mujeres y niños) ocurrida la noche entre el 13 y el 14 de agosto en el campo de Gatumba, en Burundi.
Esta estructura acogía a cientos de refugiados congoleses, que se sentían amenazados por los combates en el sur Kivu (al este de la República Democrática del Congo) entre los militares fieles al gobierno central de Kinshasa y los soldados rebeldes guiados por el coronel Mutebutsi y el general Nkunda. Los militares rebeldes son antiguos miembros del RCD (Unión Congoleses por la Democracia), el principal grupo de guerrilla del este del Congo, formado en mayoría de banyamulenge, tutsi de origen ruandés, instalado desde hace decenios en esta parte del Congo. La mayoría de los refugiados de Gatumba eran banyamulenge, pero, según fuentes de Fides, había también personas de otras etnias.
El campo, que está a unos km. de Bujumbura - capital de Burundi - y de la frontera con el Congo, está situado entre dos emplazamientos militares (un cuartel de la gendarmería y un campo de la infantería burundés). Nace entonces espontánea la pregunta de por qué los militares no hayan intervenido para defender a los refugiados. La masacre fue reivindicada por FLN (Fuerzas Nacionales de Liberación), un grupo político armado burundés formado por hutu, que controla la zona. El FLN ha afirmado que entre los refugiados de Gatumba se escondían hombres armados que, anteriormente habían atacado algunas de sus bases. La matanza entonces debía ser una represalia para punir a los responsables de esos ataques. Sin embargo, esta reivindicación no convence a algunos responsables banyamulenge que están convencido de que los autores de la masacre han sido agentes ligados al ejercito congolés. Según esta interpretación los responsables de la matanza serían combatientes Mai Mai (una milicia local congolesa de forma ocasional aliada del gobierno central) ayudados por los Interahamwe (milicia hutu rwandés responsable del genocidio de 1994 y desde hace mucho tiempo refugiada en el este del Congo) con el apoyo de FLN. Según una buena fuente burundés de Fides, “la implicación de FLN en la masacre es innegable, puesto que el grupo mismo la reivindicó. Teniendo en cuenta los vínculos regionales de FLN con algunos grupos presentes en Congo, no se puede excluir la posibilidad de la implicación de otros agentes”.
“Más allá de las responsabilidades de cada grupo, el hecho alarmante es el intento de instrumentalizar la matanza de Gatumba para relanzar la guerra en el este de Congo” afirman fuentes de Fides desde el sur de Kivu. Burundi y Rwanda han amenazado con invadir el este del Congo, para proteger a los banyamulenge, mientras algunos responsables de RCD han declarado que el proceso de transición congolés ha estancado.
Entonces, la masacre de los refugiados congoleses se debe colocar en un contexto regional que ve Burundi y Congo en una fase extremamente delicada. En ambos países se han firmado acuerdos de paz que prevén un período de transición con la formación de gobiernos de unidad nacional, con la tarea de preparar cada país a realizar libres elecciones. Las elecciones en Burundi están previstas para el próximo octubre; al acercarse la fecha de las votaciones, la tensión en el país crece. La matanza de refugiados congoleses en Burundi crea por tanto otra fuente de tensión tanto en Congo como en Burundi. La comunidad internacional debe llevar a cabo urgentemente una investigación imparcial para aclarar las circunstancias y las responsabilidades de la matanza de Gatumba e impedir que las fuerzas extremistas, de una y otra parte, utilicen este crimen para hacer estancar el proceso de paz en la región de los Grandes Lagos. (L.M.) (Agenzia Fides 3/9/2004 - líneas 49, palabras 633)


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