EUROPA/ITALIA - “¡Id con entusiasmo hacia vuestra misión!” es la exortación del Card. Sepe durante la Misa de abertura del Congreso Internacional del la Acción Católica. “Vosotros os ponéis como misioneros de la vida cotidiana y como mensajeros de esperanzas ciertas y duraderas”

miércoles, 1 septiembre 2004

Roma (Agenzia Fides) - “El deber de anunciar a Cristo es propio de la Iglesia, de toda la Iglesia y, de consecuencia, de cada uno de sus hijos. Por lo tanto, cada uno de nosotros, por ser bautizado, es, como Cristo, un enviado, un misionero llamado a difundir la Buena Notizia de la salvación a todos los hombres, hasta los extremos limites e la tierra. También la Acción Católica, si quiere ser ‘don del Espíritu para la Iglesia de nuestro tiempo’ y si quiere emprender un ‘camino de santidad’ en este inicio del tercer milenio cristiano, no puede que sentirse y ser autenticamente ‘misionera’”. Lo recomendó el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que ha presidido el martes 31 de agosto a la Concelebración Eucaristica de inauguración del Congreso Internacional de la Acción Católica, que tiene lugar en la “Domus Pacis” de Roma.
“Más allá de los limites geográficos, historicos y culturales, el campo de esta vuestra misión es inmensa - dijo en su homilia el Card. Sepe -. Es suficiente pensar en la evangelización de la cultura, en la necesidad de insertar la fuerza del Evangelio en la realidad de la familia, del trabajo, de los medios de comunicación, del deporte y del tiempo libre. Misión, además, es también la animación cristiana del orden social y de la vida pública, nacional y internacional. Por otro lado, vuestra colocación en el mundo os permite de ejercer una gran influencia en los ambientes que estan a vuestro alrededor, ampliando para muchos hombres y mujeres la perspectiva y los horizontes de la esperanza, dando respuestas y testimoniando vuestra esperanza.”
El Cardenal ha recordado que para realizar la propia vocación misionera es necesario acoger en uno mismo al Espíritu Santo, “que nos consagra y nos ofrece el don de la caridad, fuente de santidad y de comunión eclesial”. Uno no puede ser sal y luz para los demás si no se empeña en ser santo. “Si somos santos de verdad, seremos también misioneros” ha continuado el Card. Sepe, recordando que la santidad “es al alcance de todos” por ser don gratuito del Espíritu, y que “la formación a la santidad es el primer compromiso de la Acción Católica”.
“Vuestra presencia en la Iglesia no es algo genérico, o que se aparta de lo cotidiano, porqué os comprometéis para que la vida de cada hombre y de cada mujer encuentre en Cristo un sentido pleno... Vosotros os ponéis como misioneros de la vida cotidiana y como mensajeros de esperanzas ciertas y duraderas”. Finalmente el Cardenal destacó el fuerte vínculo que une la Acción Católica a la Iglesia, a la Jerarquia, al Papa, y a los Obispos, y terminó su homilia con esta exortación: “Seguid siendo misioneros y apostoles en el ambiente en el que el Señor os ha puesto a vivir. Ensanchad el horizonte a la Catolicidad y a la Universalidad de la Iglesia”. (S.L.) (Agencia Fides 1/9/2004 - Lineas 31; Palabras 477)


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