EUROPA/ITALIA - Los Diez Mandamientos hoy: una reflexión de Giovanni Cantones, Regente nacional de la Alianza Católica, asociación de laicos católicos que se propone la difusión y el estudio de la doctrina social de la Iglesia

viernes, 30 julio 2004

Roma (Agencia Fides) - "1. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14, 15). La regla dada por el Señor Jesús es susceptible de una trascripción histórica, descriptiva, de un observador "no protagonista": "Si alguien lo ama, respetará Sus mandamientos". Pero, como "quien ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama" (Jn14, 21) y, "el que me ame, será amado de mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a el " (Jn 14, 21) después de haber subrayado la necesaria y previa "acogida" del amor de Dios, se puede acercar a las anteriores versiones de la regla - aquella prescriptible y la descriptiva - una versión existencial, "de ventaja", de la regla misma: "Si alguien se ama, respetará Sus mandamientos." 2. El Decálogo, "sus mandamientos", son la ley, propuesta después del Pecado Original, que recuerdan la ley natural, es decir el pensamiento de Dios sobre la creación, y las relaciones principales que esto comporta: con Dios en primer lugar, con el prójimo y con las cosas en segundo, (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2070-2071).
3. Respetar pues el Decálogo, significa conformarse con la propia naturaleza, una adecuación que ha hecho difícil el Pecado Original y el conjunto de los pecados personales, una práctica de naturaleza ascética, que comporta fatiga, pero no es una práctica "de faquir", "contra la naturaleza" ni es meritoria porque sea pesada. Respetar el Decálogo equivale a imitar al Señor Jesús Verdadero Hombre, que "naciendo de Maria virgen, [...] se ha hecho realmente uno de nosotros, en todo igual a nosotros menos en el pecado" (Gaudium et Spes 22, cfr. Eb 4, 15).
4. Si alguien se ama, se esfuerza ante todo en ser un verdadero hombre, para restaurar, en la imitación del Señor Jesús Verdadero Dios y Verdadero Hombre, la imagen y semejanza con Dios, que el Pecado Original ha estropeado, pero no ha borrado.
5. Como el Decálogo está dirigido ante todo a una comunidad histórica - "Escucha, Israel" (Dt 5, 1) "Dirás a los Israelitas” (Lev 20, 2), se comprende lo que escribió José Ortega y Gasset a propósito del pueblo español de su tiempo, describiendo como una realidad histórica y social "invertebrada", "sin espina dorsal", es decir sin Decálogo. De aquí la necesidad, para toda sociedad - la italiana, la europea, la mundial -, de verificar constantemente el estado de la propia adecuación a la ley natural, al Decálogo, y de continuar ejercitándose en esta adecuación. La gracia puede perfeccionar la naturaleza, en efecto, pero sólo si no se deteriora la naturaleza." (Giovanni Cantones) (Agencia Fides 30/7/2004 - Líneas: 32 Palabras: 464)


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