Organo de informacion de las Obras Misionales Pontificias desde 1927
Manila (Agencia Fides) - Terminar con la burocracia que pesa sobre la pública administración, llevar a millones de pobres por encima del umbral de bienestar, prestar atención a "todo ciudadano filipino": son las promesas de la nueva presidenta del país Gloria Macapagal Arroyo, elegida en las elecciones del pasado 10 de mayo, que recibió el 30 de junio la investidura oficial del Congreso.
En el primer discurso sobre el estado de la nación, que tuvo lugar ayer, 26 de julio, ante el Parlamento reunido, Arroyo se refirió al caso de Angel de La Cruz, el camionero filipino tomado como rehén y después liberado en Irak, como ejemplo de la prontitud de su gobierno hacia todo ciudadano.
La presidenta ilustró los puntos esenciales de su programa, que pretende reducir los empleados estatales, promover privatizaciones (como en el caso del ente nacional que provee energía eléctrica, el National Power Corporation) para reducir el déficit de presupuesto, a cerca de 3,6 millones de dólares al año, y crear al menos 6 millones de nuevos puestos de trabajo. En el campo de la instrucción, además, Arroyo ha dicho que busca insertar la enseñanza de la informática en todas las escuelas.
Estos objetivos requieren "inteligencia del gobierno, cooperación del mundo empresarial, paciencia de los ciudadanos, apoyo del Congreso", ha explicado la presidenta, subrayando su intención de mantener una unidad nacional para reforzar la economía. Al hablar sobre la plaga de la corrupción, la presidenta ha pedido al Congreso el crear una Oficina del Ombudsman y una Comisión Independiente contra la Corrupción.
Arroyo también habló sobre las relaciones con Estados Unidos, definiéndolas como "cordiales y directas" y diciendo que "la política externa del país no ha cambiado: Filipinas apoya a la comunidad internacional en la lucha contra el terrorismo." (PA) (Agencia Fides 27/7/2004 Líneas: 25 Palabras: 316)
