ASIA/JAPÓN - Los sufrimientos del pueblo japonés confiados al Beato Juan Pablo II

sábado, 30 abril 2011

Tokio (Agencia Fides) – Un grupo de peregrinos cristianos de Japón, acompañados por un religioso Salesiana, han llegado a Roma para asistir a la beatificación de Juan Pablo II y "confiar al Papa polaco el sufrimiento que vive hoy el pueblo japonés, pidiendo su intercesión"; es lo que ha referido a la Agencia Fides el p. Mario Yamanouchi, Vicario Provincial salesiano en Tokio, contando cómo la comunidad católica local se prepara para vivir la beatificación.
La Iglesia nipona entera se ha movilizado, anunciando el evento en todas las diócesis y parroquias, pidiendo a los fieles que se unan a la oración. Se han celebrado Vigilias de oración y misas en las seis parroquias de Tokio, donde están los Salesianos, mientras que otras realidades eclesiales como los Focolares o el camino Neocatecumenal han realizado reuniones y encuentros de oración para conmemorar a Juan Pablo II y unirse espiritualmente con quienes participan en la celebración en la Plaza de San Pedro. Debido a la popularidad del Papa Wojtyla, la beatificación es también una oportunidad, para los fieles, de evangelización, ya que la invitación a participar en las iniciativas promovidas por la comunidad católica han sido dirigidas también a muchos no-cristianos.
El evento se produce en un momento difícil para la nación, y el p. Mario Yamanouchi declara a Fides: "La vida y obra de Juan Pablo II utiliza sirve para dar un mensaje de esperanza y cercanía a todos los que sufren hoy en día. Este Papa misionero, que estuvo también en Japón en 1981, sufrió, y estuvo cerca de los que sufren, y hoy muestra el camino a los cristianos japoneses. Inspirándose en él, hoy la Iglesia Católica local da testimonio del amor de Dios con una fuerte presencia de solidaridad, de cercanía y oración por las víctimas del tsunami y el terremoto”.
En la Diócesis de Sendai, la zona más afectada, hay más de 500 voluntarios católicos, mientras que la Conferencia nacional de religiosas ha establecido un puesto fijo en dos parroquias de la diócesis, en donde se alternan las hermanas de todas las congregaciones en Japón, para dar una señal tangible de cercanía y solidaridad a las víctimas. "En esta obra, el ejemplo y la vida de Juan Pablo II hoy nos desafían a hacer un esfuerzo de amor al prójimo cada vez mayor", concluye el padre Yamanouchi. (PA) (Agencia Fides 30/4/2011)


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