AMERICA/COLOMBIA - "Los grupos armados no podrán desanimarnos nunca de nuestro compromiso contra la violencia, antes bien, permaneceremos aún más unidos a la población que se ha apiñado a nuestro alrededor" declara a la Agencia Fides el Obispo de Valledupar, Mons. Óscar José Vélez Isaza.

jueves, 8 julio 2004

Roma (Agencia Fides) - Al menos 35.000 muertos en 40 años de enfrentamientos. La Agencia Fides ha pedido a Mons. Óscar José Vélez Isaza C.M.F, Obispo de la diócesis de Valledupar, un testimonio sobre la situación de violencia que ensangrienta desde hace décadas el territorio colombiano, sobre sus causas y sobre el compromiso de la Iglesia por la pacificación, compromiso que ha pagado un alto precio de sangre con sacerdotes, religiosos y laicos asesinados. He aquí el texto de la entrevista.

¿Cómo nacieron los grupos armados en Colombia?
Los guerrilleros de izquierda nacen bajo la insignia de la ideología marxista, para luchar contra la injusticia social y contra la pobreza de la población. Los inventores de estos grupos creían que el modo de solucionar los problemas sociales y económicos de Colombia era una insurrección que los llevaría a conquistar el poder y por lo tanto a transformar la realidad. A su vez, los grupos armados de derecha, es decir los paramilitares o AUC (Autodefensas unidas de Colombia) nacieron para defender a los ricos propietarios de tierras y ganado de los ataques de los guerrilleros de izquierda, ya que el ejército gubernativo no era capaz de garantizar la seguridad.
Los paramilitares como los guerrilleros de izquierda, cuando llegan a poseer dinero, armas y el poder de la violencia, pierden de vista los ideales para los que nacieron y en lugar de defensores del pueblo se convierten en sus peores opresores. Durante sus irrupciones extorsionan, matan, secuestran, destrozan, violan, roban, castigan o matan, acusando a las personas de favorecer al otro grupo guerrillero. La población, por lo tanto, se ha encontrado entre dos fuegos: el de los grupos guerrilleros de izquierda y el de los paramilitares, que desde hace 40 años se enfrentan y no precisamente para resolver los problemas de injusticia, opresión y pobreza del pueblo, sino para dominar el territorio.
La violencia ha alimentado la violencia, y aunque estos grupos no han logrado el poder político de la nación, se han convertido ellos mismos en un poder. Tienen en efecto un poder económico relevante que les viene del narcotráfico: a ellos sólo les interesa tener el control de tierras dónde cultivar la coca, el bien de la población ya no les interesa. La pobreza y la injusticia siguen existiendo, incluso se han agravado: la lucha entre los dos grupos ha causado hasta el día de hoy al menos, 35.000 muertos. Pero hay que decir que estos grupos no han logrado nunca conseguir el apoyo de la población, y por lo tanto, no se puede hablar de guerra civil

¿Qué unión existe entre el narcotráfico y los grupos armados?
El narcotráfico está impregnado de terror, sangre y muerte. Desgraciadamente los diversos grupos armados sirven para financiar sus actividades. Las rentas que se derivan de ello son millones y millones de dólares, con los que pueden comprar armas y pagar a las personas. Las matanzas de campesinos que realizan los grupos guerrilleros, ocurren porque estos se niegan a trabajar en los campos de coca. Los actos de violencia son pues para engendrar un clima de terror entre la población. Cuando en un territorio sólo hay uno grupo armado, aunque la población sea obligada a obedecer bajo la amenaza de las armas, la situación es bastante tranquila. Pero si en aquel mismo territorio llega otro grupo armado, entonces la gente es golpeada tanto por uno como por el otro grupo, y se convierte en un infierno.
El actual Gobierno ha iniciado una recuperación progresiva de los territorios dónde los grupos armados tienen sus cultivos de coca, pero desgraciadamente es un proceso muy lento, el Gobierno trabaja mucho por imponer la ley sobre el territorio. En todo caso ahora hay mayor seguridad: en algunas calles que antes no se podían transitar sin el peligro de ser atacados por los terroristas, hoy existen los llamados "cordones de seguridad", formados por miembros de la policía y el ejército.

¿Cómo ven los grupos armados la Iglesia?
La posición de los grupos armados respecto a la Iglesia, en términos generales, es positiva. A pesar de todo, estiman el trabajo realizado por Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, y aprecian el hecho que la Iglesia siempre esté presente junto a la gente, especialmente en los lugares más difíciles y a pesar de los riesgos y peligros que corren. Los guerrilleros respetan nuestra misión y saben que como Pastores de la comunidad tenemos el apoyo de la gente.

La Iglesia ha pagado un alto precio de sangre, con el asesinato de Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos: ¿no ha incidido esto en el compromiso de pacificación?
La matanza de muchos sacerdotes y del Obispo de Cali, ha suscitado en todos nosotros gran dolor, sufrimiento, indignación y profundo rechazo de tales actos crueles. Pero el testimonio de estos hermanos que han sido capaces de dar la vida por Cristo y por los hermanos, nos ha reforzado espiritualmente a todos. Podríamos decir que su muerte nos ha confirmado en la decisión de seguir construyendo esa paz de la que esa sangre derramada es semilla. Además el rechazo general y unánime de estos actos criminales ha demostrado a los grupos armados que no podrán apartarnos nunca de nuestro compromiso contra la violencia, antes bien permaneceremos aún más firmes junto a la población, que se ha apiñado a nuestro alrededor: saben que estamos con ellos y por ellos. Otro aspecto relevante: en los lugares dónde han sido matados los sacerdotes y el Obispo, han aumentadas las vocaciones. (R.Z) (Agencia Fides 8/7/2004 - Líneas: 73 Palabras: 958)


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