ASIA/FILIPINAS - Los jesuitas trabajan para ofrecer consultoría y ayuda psicológica a los trabajadores filipinos en el extranjero

lunes, 5 julio 2004

Manila (Agencia Fides) - El trabajo a miles de kilómetros lejos de casa es a menudo fuente de enajenación, depresión y profunda nostalgia. Es lo que sucede a muchos de los 8 millones de trabajadores filipinos que trabajan fuera de su patria, para sacar adelante la familia, que vive en condiciones de extrema pobreza. Por ello, los Jesuitas de Filipinas han constituido el UGAT, una fundación con el objetivo de asistir a las familias más pobres (cerca de un tercio de los 82 millones de filipinos, viven con menos de un dólar al día) en los que uno o ambos padres se ven obligados a dejar el país para encontrar trabajo.
Gracias al trabajo de 150 voluntarios (100 en Filipinas y 50 en otros países) el UGAT ofrece consultoría y ayuda psicoterapéutica a los emigrantes y sus parientes, en el país y en el extranjero. Inicialmente el trabajo estaba dirigido a los empleados filipinos que trabajan temporalmente en el extranjero, pero posteriormente el servicio se extendió también a los filipinos empleados en el extranjero por tiempos más largos, en particular los que experimentan nostalgia de su casa y alienación.
El trabajo lejos de casa no está solamente lleno del dolor por la separación y la soledad, sino que a menudo también es considerado como "envilecedor y peligroso", especialmente cuando se emigra a países gobernados por una teocracia que ahoga las libertades personales de conciencia, expresión y religión. Pero la fuerte motivación de conseguir una renta mayor para mantener decorosamente a la propia familia empuja a un millón de personas al año a pedir el visto para emigrar y trabajar en países extranjeros.
En el Centro UGAT en Manila, el padre Tanalega SJ, jesuita filipino, afronta directamente sus problemas, e intenta ayudarlos a elaborar una reflexión personal basada en sus valores y su dolor. "Actualmente hay una larga lista de problemas relacionados a la migración, como por ejemplo abusos, luchas interiores, humillaciones padecidas por los empresarios, soledad". Permanece fuerte, señala el jesuita, el lazo de unión con la tierra nativa; la familia va adquiriendo en bienestar pero a costa de un alto precio en serenidad y crecimiento armónico de la prole. (PA) (Agencia Fides 5/7/2004 Líneas: 28 Palabras: 378)


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