VATICANO - Mensaje del Papa con ocasión del 95° Katholikentag alemán: "¡Utilicemos las posibilidades que la Europa unida nos ofrece para una mejor difusión del Evangelio de Cristo, de modo que nadie quede privado del excepcional don salvador de Dios!"

jueves, 17 junio 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Vivir con la fuerza de Dios”: es el lema, sacado de la Segunda Carta a los Corintios, sobre el que se orienta el programa del 95° "Katholikentag" alemán, en curso en Ulm. En el Mensaje enviado al Obispo de Rottenburg-Stuttgart, Mons. Gebhard Fürst, para la ocasión, el Santo Padre, Juan Pablo II, escribe: "¡En el curso de las manifestaciones de este gran encuentro de católicos, en el que también participan muchos otros cristianos, sois exhortados, en cuánto cristianos creyentes, a elevar valientemente vuestra voz cuando se ponga en tela de juicio los fundamentos de la fe cristiana y de la convivencia humana, cuando sean arrinconados los altos valores del matrimonio y la familia cristiana y cuando estén en juego la unicidad de la vida, como don de Dios! ¡Animaos recíprocamente a un nuevo compromiso hacia los pobres y marginados, hacia la paz y la justicia en toda la tierra! Sed para todos testigos de la esperanza que está en vosotros”.
Recordando después el lugar dónde se desarrolla el encuentro, la ciudad de Ulm, que se eleva a lo largo de la orilla del Danubio, el gran río que conecta el este y el oeste de Europa, el Papa subraya la creciente conciencia de la identidad europea y la reciente entrada de otros diez Países en la Unión Europea. “Europa no es una mera y casual unión geográfica de Estados - continúa el Papa. Europa, a pesar de su multiplicidad cultural, debe convertirse cada vez más, sobre la base de los valores humanos y cristianos, en una unidad espiritual, que inspire las acciones de los hombres. ¡Utilicemos pues las posibilidades que la Europa unida nos ofrece para una mejor difusión del Evangelio de Cristo, de modo que nadie quede privado del excepcional don salvador de Dios! Los cristianos se han afanado por la unidad europea y continúan trabajando por este objetivo. Europa también necesita hoy de la contribución de los cristianos y del cristianismo para un buen desarrollo de sus pueblos."
Por último, el Santo Padre exhorta a dejarse animar "del dinamismo de Dios, que ilumina y libera": "Él desea hacer participe de su vida divina y donarnos el amor y la fuerza que necesitamos para ponernos al servicio de nuestro prójimo y para dar testimonio de nuestra fe común en el tiempo y en la sociedad". (S.L) (Agencia Fides 17/6/2004; Líneas: 30 Palabras: 431)


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