VATICANO - La catequesis del Papa en la audiencia general: "No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón" (Jn 13,18)

miércoles, 2 junio 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Continuando el ciclo de catequesis sobre la Liturgia de las Vísperas el Santo Padre Juan Pablo II, durante la audiencia general de hoy, ha comentado el Salmo 40, Oración de un enfermo, (Lectura: Sal 40, 2.5-6.10.13-14).
"No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón" (Jn 13,18). Esta frase del Salmo es en realidad la súplica de un hombre enfermo abandonada por sus amigos. En aquella antigua oración Cristo encuentra sentimientos y palabras para expresar su profunda tristeza.
El Salmo 40 se abre con una bendición, continúa el Santo Padre. Ella tiene por destinatario al amigo verdadero, el que "el que cuida del pobre y desvalido": será recompensado por el Señor en el día del sufrimiento, cuando sea él quien se encuentre en el lecho del dolor.
"Piedad de mí, Señor; sáname; contra ti he pecado" (v. 5; cfr Sal 37), así inicia su discurso el enfermo (cfr vv 5-10) pidiendo perdón a Dios.
La amargura es profunda cuando quien nos golpea es el «amigo» en quien se confiaba, llamado literalmente en hebreo «el hombre de la paz». La oración del Salmo 40 no se concluye, sin embargo, con este sombrío final. El orante está convencido de que Dios se asomará a su horizonte, revelando una vez más su amor. Le ofrecerá el apoyo y tomará entre sus brazos al enfermo, quien volverá a estar en la «presencia» de su Señor (versículo 13), es decir, siguiendo el lenguaje bíblico, volverá a revivir la experiencia de la liturgia en el templo.
El Salmo, marcado por el dolor, concluye, por tanto, con un rayo de luz y de esperanza. "Bienaventurado quien piensa en la miseria y en la pobreza de Cristo que, siendo rico, si hizo pobre por nosotros. Rico en su Reino, pobre en la carne, pues cargó sobre sí esta carne de pobres...”
(AP) (Agencia Fides2/6/2004; Líneas: 26 palabras: 377)


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