Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "CIAM está al servicio de la Iglesia para la renovación espiritual de los trabajadores pastorales de la misión y para el crecimiento del espíritu misionero en toda la Iglesia ": con estas palabras el Director del Centro Internacional de Animación Misionera (CIAM), el Padre Romeo Ballan, mccj, resume las finalidades del Centro, que celebra hoy sus 30 años de vida. El CIAM en efecto fue erigido el 31 de mayo de 1974 por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, según las normas del Concilio, con el estímulo y la bendición de Pablo VI. "El CIAM nació en el año y en el contexto del Sínodo sobre la evangelización en el mundo contemporáneo, del que surgió la exhortación apostólico Evangelii Nuntiandi de Pablo VI" subraya el Padre Ballan en un coloquio con la Agencia Fides. "Su servicio se inscribe pues dentro del gran contexto de la evangelización y junto a otras instituciones (Universidades Colegios, Institutos...) que llevan adelante búsqueda y el compromiso por la evangelización."
El CIAM atiende en particular, la renovación interior de los trabajadores de la misión. "Sin duda que es importante, tal como dijo Juan Pablo II en la Redemptoris Missio, renovar los métodos de la evangelización, profundizar en los fundamentos bíblicos y teológicos de la misión, pero es aún más importante renovar el ardor de la santidad en los trabajadores de la misión. Sin misioneros renovados no se podrá impulsar el servicio misionero en el mundo."
La actividad del Centro está articulada en: cursos de ejercicios espirituales, jornadas de retiro, semanas de espiritualidad, sesiones de profundización sobre diversos temas de la misión... "Vienen misioneros que necesitan una primera iniciación a la misión, misioneros que necesitan reexaminar su experiencia, misioneros a punto de irse, jóvenes o pertenecientes a movimientos laicales que sienten la necesidad de profundizar en la dimensión misionera de la fe, miembros de instituciones ya activas en el campo de la misión y de los institutos misioneros" continúa el P. Ballan, que subraya como el CIAM quiere ofrecer a Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, y a todos los que lo deseen, la posibilidad de tener un punto de referencia dónde encontrar una ayuda para la propia renovación interior en clave misionera.
"Un aspecto presente en todos los cursos es la catolicidad de la Iglesia - subraya el P. Ballan - favorecido por la ubicación geográfica del CIAM, que se encuentra sobre el punto del Gianicolo más cercano al Vaticano. Tenemos continuamente delante de los ojos la vista de la cúpula de San Pedro, de la Sede de Pedro y la posibilidad de escuchar directamente la voz del Papa cuando se asoma a la ventana de su estudio, intentamos pues recobrar todo eso como un valor a vivir intensamente como cristianos, como católicos y como misioneros. No se trata sólo de un factor turístico o de gozar de un bonito panorama, sino de un elemento sobre el que reflexionar: recuperar y profundizar en el sentido de pertenencia a la Iglesia universal."
En 30 años de actividad, han pasado miles de personas por el CIAM, de todos los continentes, que han encontrado aquí un nuevo impulso y nuevo ardor para el servicio a la misión y puntualmente vuelven. “Acabamos de terminar un curso de cuatro semanas para religiosas de Vietnam, la mitad superioras generales de congregaciones religiosas y las otras formadoras - dice el Director del CIAM -. Este fin de semana tenemos un curso para laicos del Movimiento de la Realeza y a primeros de junio, 10 días para religiosas que celebran 40 años de profesión religiosa. Estamos organizando una semana de espiritualidad sacerdotal y misionera para sacerdotes de Asia, África y Oceanía que estudian en Roma, antes de comenzar el año académico. De octubre a diciembre ya está fijado un curso para sacerdotes de América Latina. Los docentes y animadores de las diversas iniciativas son los profesores de la universidad Urbaniana y de las otras Universidades romanas, expertos y expertas elegidas según los temas propuestos o solicitados por los muchos grupos." La invitación a la santidad que el Santo Padre Juan Pablo II ha propuesto a todos los cristianos como programa para el tercer milenio, es una confirmación más de la actualidad del servicio que el CIAM ofrece al mundo misionero. (S.L) (Agencia Fides 31/5/2004; Líneas: 51 Palabras: 744)