VATICANO - Los nuevos desafíos al diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural en el mundo de la movilidad humana: Documento final de la XVI Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Emigrantes e Itinerantes.

viernes, 28 mayo 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La Asamblea Plenaria ha reafirmado la convicción de que el diálogo es el camino indispensable para que toda persona busque con fuerza, la verdad acerca de Dios, de si mismo y del mundo": es cuánto afirma el Documento final del XVI Asamblea Plenario del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, desarrollada del 17 al 19 de mayo, durante la cual, los Miembros y Consultores del Dicasterio han meditado sobre la necesidad y la modalidad del diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural en el contexto de la movilidad humana.
En el Documento, enviado a la Agencia Fides, se subraya como el diálogo pastoral y misionero - realidad bastante nueva en el contexto de la movilidad humana - que se quiere promover, posiblemente con dimensión ecuménica, tiene que seguir algunos criterios precisos. En primer lugar la formación de las conciencias, "en la seguridad de que el amor de Cristo nos estimula a ir hacia los otros, hacia los extranjeros, con caridad y respeto, acogiéndolos sin distinción de credo o nacionalidad, y viendo en el hermano necesitado a Cristo mismo que viene a nosotros". Otros aspectos a tener en consideración son: la búsqueda de “semillas del Verbo” en las otras comunidades religiosas; un conocimiento más profundo de los conceptos de verdad y diálogo, de identidad y relación con el otro a la luz de la novedad de la revelación cristiana y del magisterio de la Iglesia; la búsqueda de los aspectos positivos, a menudo ligados a la cultura, que las religiones ofrecen; el reconocimiento del diálogo cultural, ecuménico e interreligioso como método necesario para medir la recíproca abertura y la disponibilidad a meterse en juego en el proceso de construcción de la civilización humana por el bien común universal; el reconocimiento de que el diálogo es difícil; requiere perseverancia y discernimiento; el respeto de la cultura y la situación personal de los pueblos y los individuos que se encuentran, evitando el proselitismo, pero recordando al mismo tiempo, el deber irrenunciable de la evangelización, explícita o implícita.
A las Iglesias locales, que tienen que asumir la parte de protagonistas en el diálogo con el mundo de la movilidad humana, la Asamblea Plenaria les pide que presten particular atención a los siguientes elementos: rezar para que el mensaje de Jesucristo pueda ser reconocido; desarrollar la capacidad de escucha, actitudes de confianza, de apertura, aceptando, apreciando e incluso queriendo a los que son "diferentes"; prepararse al diálogo a través de programas educativos específicos para seminaristas, religiosos, religiosas, trabajadores pastorales; atender una catequesis dirigida no sólo a los hijos de los emigrantes, sino también a sus familias y a las comunidades en las que viven, con particular atención a las mujeres, con frecuencia objeto de explotación; transformar las parroquias en lugares de formación a la hospitalidad, donde, por medio del diálogo, se puedan solucionar cuestiones de identidad, cultura, pertenencia y confianza; para el diálogo misionero recurrir también a los mass-media, particularmente la radio y programas locales, no descuidando el empleo de Internet.
Analizando la dramática situación en que viven los refugiados, la Plenaria ha recordado que el diálogo asume nuevas dimensiones y se encuentra ante nuevos desafíos: los refugiados son en gran número Musulmanes; todavía no se han realizado completamente planes pastorales a nivel inter-religioso, en el respeto de las diferencias, pero al mismo tiempo no poniendo en el mismo plano a todas las culturas, ni ignorando las zonas de convergencia y divergencia; es necesario un método de dialogo para ayudar a los refugiados a comprender los valores cristianos y la noción de desarrollo integral de la persona e igualdad del hombre y la mujer; la tendencia, que se revela en los hermanos Musulmanes, a poner de relieve las cuestiones del Uno y del individuo, mientras que los Cristianos subrayan la pluralidad, inmersos - como están - en el misterio de la Santísima Trinidad.
"En todo caso, no se debe olvidar - continúa el Documento - que generalmente las migraciones son una "oportunidad" por el ecumenismo, como también una "oportunidad" para la pastoral de la movilidad humana. Es responsabilidad de las Iglesias y de las Comunidades eclesiales, fieles a Cristo "Emigrante", hacer de modo que tales oportunidades sean acogidas." Durante esta Asamblea también se ha hablado de la posibilidad de una fecha fija para la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado y de la valorización de la nueva Instrucción “Erga Migrantes Caritas Christi”. (S.L) (Agencia Fides 28/5/2004; Líneas: Palabras:


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