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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el ámbito de la joranda de estudio "El desarrollo económico y social de África en la era de la globalización", promovida por el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, que tuvo lugar ayer, 21 de mayo, en Roma, hemos entrevistado al Ministro de Sanidad de Angola, País atormentado por la guerra por más de treinta años.
¿Cuáles son las mayores dificultades sanitarias en su País?
La malaria afecta a cerca de 200 millones de personas en el continente africano, el VIH/SIDA a 34 millones y la tuberculosis a unos 9 millones. En Angola, País con 14 millones de habitantes, la malaria es la principal causa de muerte. La guerra civil ha perjudicado durante mucho tiempo nuestro País. Como resultado de este período se ha producido una destrucción general y de todas las estructuras sanitarias; además ha habido un gran traslado de buena parte de la población de los mismos lugares de nacimiento. A todo eso se ha sumado el empeoramiento de las enfermedades endémicas como son la malaria, la tuberculosis, el VIH/SIDA y la enfermedad del sueño que afecta a 4 millones de angoleños. Se ha producido también un empeoramiento también en las enfermedades que se pueden prevenir con la vacunación como el tétanos o la fiebre amarilla que todavía constituyen una de las causas de muerte en los niños.
Ahora estamos tratando de reconstruir y mejorar nuestras estructuras sanitarias. Estamos invirtiendo en un programa de formación para tener mayor asistencia de personal calificado local, para garantizar a los fármacos y el material médico necesario. El fin de la guerra ha permitido finalmente el lanzamiento de un Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Malaria identificada como una de las prioridades del Gobierno en los próximos cinco años.
¿Cuál es el compromiso de la Iglesia y las otras instituciones que ayudan al País?
La Iglesia católica, junto a organizaciones humanitarias gubernativas y no, trabaja mucho en el apoyo de las actividades sanitarias de Angola. Su papel en la educación sanitaria y en la asistencia médica de nuestro País es fundamental. Actualmente, por ejemplo, está empeñada en un proyecto llamado "Angotrip" para el tratamiento de la enfermedad del sueño. Además, la Iglesia tiene un papel muy importante en la información, en la educación comunitaria y en la formación. Nuestra unión con la Iglesia es muy fuerte, en los años pasados ha tenido un papel muy importante en la comunicación con la población en muchos casos. Por ejemplo, para la prevención del Sida, los líderes de la Iglesia han transmitido su mensaje educativo de prevención a la población. Sin embargo, aun cuando el apoyo que tenemos de todos es muy útil, no es suficiente para satisfacer todas las necesidades.
¿Qué deberían hacer los Países industrializados para ayudarles en esta fase de reconstrucción?
Sobre todo tenemos necesidad de una financiación de programas y proyectos en el sector de la formación. Necesitamos el apoyo institucional para mejorar nuestro sistema sanitario, es fundamental; además, es necesario el aumento de financiaciones de fondos internacionales creados de propósito, como el Fondo global por la lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, y sería útil la institución de fondos directo para el País para poder hacer frente a todas estas enfermedades.
La lucha contra la pobreza y por el desarrollo, comportan necesariamente la inversión en la formación, educación y en la salud de la población. (AP) (Agencia Fides 22/5/2004; Líneas: 46 Palabras: 597)
